El suelo pélvico es una musculatura que cierra la cavidad abdominal y que sostiene la vejiga, uretra, útero, vagina y recto. Este conjunto de músculos y ligamentos por culpa de una sociedad rancia y machista ha sido un gran desconocido a pesar de las complicaciones que provocan en la mujer: incontinencia urinaria, dolor de espalda, disfunciones sexuales…
Dicen que una de cada tres mujeres tendrá alguna disfunción a lo largo de su vida, y lo pongo fundamentalmente en femenino porque la prevalencia en hombres es muy baja: por cada siete mujeres solo se trata a un hombre.
El suelo pélvico no es rígido, es dinámico para que se adapte al movimiento y pueda relajarse y contraerse. Pero cuidado que tan perjudicial es tenerlo superfortalecido como debilitado. Es muy importante una valoración de su estado por un fisioterapeuta formado como Lidón Soriano doctora en educación física y fisioterapeuta pelviperineal, que advierte que estos trastornos pueden llegar tras varios partos, por hacer un ejercicio que lo desencadena como saltar o correr en superficies duras, o por ir demasiado al baño. Cuidado con esto que puede dar lugar a una vejiga hiperactiva que es lo que pasa cuando la vaciamos continuamente. Tendríamos que orinar unas 6 veces al día, con un espacio de 2-3 horas.
En esto de evitar trastornos en el suelo pélvico la prevención, es clave, y uno de los pequeños gestos que podemos hacer para proteger la zona es la postura. Una postura erguida fortalece la faja abdominal haciendo que ésta proteja nuestro suelo pélvico.
Otra de las recomendaciones es desterrar aquello que se decía que para tonificarlo tenías que retener cuando estabas orinando. No es bueno porque se detiene la micción y se queda dentro pudiendo dar lugar a infecciones. Como insiste Lidón Soriano, una vez, vale, pero nunca de forma repetitiva como si fuera el entrenamiento del suelo pélvico.
Hay cirugía que corrige, entre comillas, estos trastornos, pero no suele ser definitiva y no deja de ser una intervención quirúrgica, pero sobre todo hay ejercicios y herramientas que con muy poco solucionan muchos de los problemas que ocasiona. Insisto, ponte en manos de un fisioterapeuta formado porque fortalecer el suelo pélvico no es tarea simple ya que no todas las disfunciones son por una debilidad de los músculos, puede ser por todo lo contrario. Ademas por desgracia, aún hay que batallar con muchos tabúes.
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