Beatriz Flores, farmacéutica, nutricionista del centro avanzado de medicina estética Nazaret Romero es una de las pocas que en su consulta analiza y traduce la información genética para adaptarla a la dieta con objeto de adelgazar, solucionar trastornos digestivos o prevenir patologías. Cada uno tiene su propia genética y lo que para uno es bueno para otros puede ser perjudicial. Por eso la nutrigenética es el futuro. Porque además de explicar por qué dos personas comiendo exactamente lo mismo, engordan o adelgazan de forma diferente, establece unas pautas alimenticias para que tu organismo funcione como lo haría un buen motor con el combustible correcto.
Un ejemplo de la nutrigenética, de una forma muy generalizada, sería la que nos da información dietética basándose en el grupo sanguíneo ya que cada grupo posee una estructura química específica que representa rasgos genéticos de nuestros ancestros. Por ejemplo, los que tenemos grupo 0, que es el más antiguo, corresponde a la figura del cazador, de los hombres de cromañón, por lo que el trigo, el maíz y los lácteos, entre otros, no suelen ser muy bien recibidos por nuestro organismo.
Luego están los del grupo sanguíneo A, que apareció mucho después y que va asociado a las primeras sociedades agrícolas por lo que tienen un sistema a prueba de carbohidratos pero no toleran muy bien las proteínas animales. Para que te hagas una idea los vegetarianos suelen ser de este grupo.
Los del grupo sanguíneo B provienen de los nómadas de las estepas asiáticas o con figura del pastor que están acostumbrados a carnes y lácteos fermentados. Los tipos A y B no tienen más de 15.000 a 25.000 años de antigüedad.
Para acabar el grupo AB es mucho más reciente, unos mil años atrás, y tan solo la tiene el 5% de la población. Los que son de este tipo ya pueden celebrarlo porque comparado con los otros tienen el chollo-estómago y nutricionalmente hablando están genéticamente preparados para metabolizar casi cualquier alimento. Un ejemplo de los cambios en el material genético es la tolerancia a la lactosa. Fíjate que el 86% de la población europea del norte la tolera bien mientras que ese porcentaje es de tan solo el 36% en la población del sur de Europa donde nos encontramos. Y otro sería la celiaquía que se da en 1 de cada 3.000 nacidos en EE.UU y por ejemplo en Irlanda es de 1 de cada 200.
Esto es a groso modo. Tan solo un acercamiento a la nutrigenética, que es mucho más compleja, y que parte de un test genético particular que expone cuál es tu libro de instrucciones. Información, por cierto, que de nada sirve si el profesional no la sabe traducir y aplicar. Pocos saben de esto. Así que ponte en buenas manos.
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