Primero y antes de nada, te tengo que decir que los médicos y los que hemos estudiado dietética y nutrición llamamos dieta a eso que se le da a una persona cuando tiene diarrea, por lo tanto, lo que hacemos después de ponernos moraos durante las vacaciones, es un plan de alimentación. Estoy a plan, es más correcto que estoy a dieta, pero entiendo que hay cosas que cuesta cambiar.
Planes hay tantos como dietas. Vegetariana, vegana, cetogénica, disociada…y las hay descabelladas y absurdas. Déjate de comer raro. Hay que comer sano e ingerir todos los nutrientes: carbohidratos, proteínas… y grasas. Hay que comer grasas, de calidad y en poca cantidad porque tu organismo las necesita.
Para quitarnos unos kilos y no volver a recuperarlos hacen falta tres cosas: motivación, porque tienes que estar convencido; información, porque tienes que saber cómo funciona tu cuerpo; y sensatez, porque tienes un cuerpo, solo uno, y si no lo cuidas tú, ya me contarás quien. Lo primero y lo tercero depende de ti, en lo de la información te voy a echar un cable.
No hay quien no se haya preguntado alguna vez: ¿Por qué me cuesta seguir una dieta? ¿Por qué siempre termino dejándola?
Muy sencillo, porque la dieta o el plan no es bueno. Y eso, como dice el doctor José Enrique Campillo, una eminencia en nutrición, es por dos razones. La primera porque tu alimentación no está equilibrada. No tiene los nutrientes que tu cuerpo necesita. Y cuando el organismo tiene carencias acaba reclamándolas y un día te ves picoteando y es tal la sensación de placidez, aunque la frustración vaya por dentro, que tiras la toalla. Tu cuerpo necesita una serie de macro y micro nutrientes, no dárselos es enfadarle. Tiene que ser equilibrada y ojo, lenta. Porque hay que destruir adipocitos, células de grasa, para que no haya un efecto rebote, y eso solo se hace poco a poco.
Cuando engordamos creamos más células de grasa que solo el organismo destruye si le sometemos a una alimentación hipocalórica en un plazo largo de tiempo. En tres días o una semana de dieta estricta lo único que vamos a conseguir es fallecer de hambre y recuperarlo enseguida porque esas células se vaciarán pero seguirán ahí.
Otra cosa que debes saber es que el estómago es un órgano que tiene una capacidad extraordinaria para dilatarse. Si hemos abusado de bebidas, sobre todo carbónicas que hacen que se extienda más, y de comida, para saciarse necesita ingerir mucho y reducirlo es un proceso de lento de semanas.
Comiendo durante unos días poco, unas cinco veces al día vamos a conseguir estar alimentados, no pasar hambre, y eso durante un tiempo reducirá el volumen de nuestro estómago y nuestro organismo destruirá los adipocitos que ya no es capaz de llenar.
Adelgazar cuesta, porque como dice el Dr. Campillo es la cosa más divertida que hacemos con la ropa puesta. Por eso no debe ser una tortura que nos haga sentir unos desgraciados. Tan solo quitarnos unos gramos de grasa al día 50-100, que no sea una tortura, hará que al mes te veas mejor y sobre todo que ese peso no lo vuelvas a recuperar.
Basta con que te hagas fuerte ante los caprichos. Todo eso que comemos y no recordamos. Durante unos días apunta en un papel todo eso que podías haber suprimido. Esas patatas a media mañana. Ese dulce por la tarde. Esa segunda cerveza…
Y una vez que seas consciente de ello, solo suprimiéndolo verás cómo poco a poco vas adelgazando. Despacio, unos 50 gramos de grasa al día como dice el doctor para tener la certeza de que eso que nos quitamos no volveremos a recuperarlo. Y haz ejercicio. Recuerda que sin movimiento no hay adelgazamiento.
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Mil besos