De la huerta al plato: Restaurantes con huerto propio
Poco a poco vamos recuperando la normalidad en los restaurantes con las reaperturas de los locales y, con la llegada del verano y el cambio de temporada, muchos de éstos van a estrenar unas cartas llenas de color, frescor y en el caso de lo que vamos a hablar hoy, mucho sabor, a terruño, a origen. Porque aquí siempre hablamos del Km0, así que voy a hablar del Km0 más auténtico: Restaurantes con huerto propio del cual se nutren.
El primero que os voy a contar no es que sea un restaurante con huerto, es lo contrario, un huerto con restaurante. Hablo de La Huerta de Carabaña (https://huertadecarabana.es/), conocido en Madrid, en la CalleJorge Juan por sus excelentes productos traídos de su huerta propia en dicho pueblo, junto al río Tajuña. Pues bien, dadas las condiciones del Covid, digamos que se ha trasladado este verano a la huerta. Imaginaos una extensión de campo de muchas hectáreas, donde en una zona se ha habilitado un comedor al aire libre, y a modo de techo, cañizos. Pero no puestos de cualquier manera, claro, sino creando un ambiente rústico a la par que refinado, con buen gusto. Y en la mesa, su chef y propietario Roberto Cabrera, pretende hacernos disfrutar de las hortalizas recién cortadas, ¡y vaya si lo consigue! Por supuesto que el paseo por el huerto es obligado antes de sentarse a disfrutar de su menú 100% de temporada calabacín y flores de calabacín, pisto, menestra y en breve, los primeros tomates son sólo algunos ejemplos de lo que se puede disfrutar. Es un restaurante efímero ya que en otoño seguramente volverán a su ubicación habitual, por lo que es necesario reservar.
Y después de esta excursión gastronómica, no vamos con el ‘Rey de las verduras’ como todo el mundo le llama, y por algo será, Floren Domenzain. Es hortelano, cocinero, y sobre todo un personaje digno de conocer. Además de los huertos que tiene en Tudela, su pueblo, una de las regiones con mejores productos de la huerta desde la que provee a otros restaurantes de alta cocina, Floren montó por primera vez un huerto vertical en su restaurante de la Calle Castelló desde el que te tomas una lechuga viva de impresión, y además montó la huerta urbana más grande del mundo, que está en el Hotel Wellington. Ahora, y nuevamente por las circunstancias actuales está sólo abierto su restaurante de José Abascal (https://www.florendomenzainabascal.com), que tiene una ubicación y una terraza increíbles. Y de comer el campo, sus guisantes lágrima, sus alcachofas, sus borrajas y como te decía sus lechugas vivas. Y cuando te vas, te llevas tu regalo, otra lechuga de regalo en una bolsita.
Y claro, a otro sitio que tenemos que ir, por ese huerto urbano tan grande que te decía, es al Hotel Wellington (https://www.hotel-wellington.com/es/restaurantes-en-madrid.html#las_raices_del_wellington), donde en su restaurante Las Raíces del Wellington que se encuentra ubicado en la terraza interior de la piscina del hotel, tenemos un menú ‘verde’ con los productos de esa azotea-huerta de 300 mts2 que tenemos en Madrid.
Y acercándome un poco hacia mi casa, donde mi huertito en breve empezará a dar sus frutos, me gusta mucho un restaurante también mítico, el restaurante Sala en Guadarrama, (https://restaurantesala.com/). Todo el mundo lo conoce por sus gambas a la plancha, de las que sirven no sé cuántas toneladas al mes, o sus croquetas. Pero lo que mucha gente seguro que no sabe es que en la parte de atrás tienen su propio huerto que les facilita verduras tan ricas como sus tomates corazón de buey, cebolla roja dulce, escarolas, lechugas, calabaza, calabacín, berenjenas, pimientos, pepinos… ¡Ñam!