De tapas por Madrid
Cierta marca de aperitivos y snacks está haciendo una campaña para que mañana sea declarado el Día Mundial del Aperitivo, con petición oficial en Change.org incluida. Y a colación de esta historia, sea o no declarado como tal, quiero hablaros de algo muy madrileño como es la costumbre de que cuando vamos a tomarnos algo a un bar nos ponga nuestra correspondiente tapa. Tapa por supuesto ¡gratis!, que ahí es donde está la gracia.
Es más, en Madrid, como no nos pongan tapa con nuestra consumición, podemos casi matar con la mirada al camarero en cuestión. Y dentro de esta tradición, hay bares de los que sales casi comido cuando pides algo de beber, y ahí nos vamos a ir hoy, que en estos tiempos que corren viene bien amortizar el aperitivo. Ojo, hoy no nos vamos a sitios gourmet ni de alta cocina, hoy vamos a ser un poco más cañís.
La ruta nos lleva primero a Chueca, al bar El Tigre, un lugar clásico y mítico en esto de los aperitivos, y que hay que probar al menos una vez en la vida. Está en dos direcciones, en la calle Infantas y Hortaleza. Pides tu cervecita y te llega un plato enorme con unas tostas con embutido, lacón, croquetas, bravas, y a la segunda cerveza, pues estás ya lleno.
Cerquita de aquí, en la calle Churruca, está otro de los bares que no te puedes perder, La Petisqueira. Es un bar restaurante amplio que viene muy bien para estos tiempos, con bastantes mesas. La abundante tapa puede ser desde unas patatas con carne, empanada, pizzas, sándwiches…
En la calle Ferraz está El Lagar, otro clásico donde te van ‘premiando’ según aumentes el número de consumiciones… Porque cuanta más bebida pides, mayor es la calidad de la tapa (¡ojo, que no hace falta pedirse 5 cervezas para ver si nos terminan poniendo percebes, eh!). Pincho de tortilla de patatas, bravas, con alioli, ensaladilla rusa y hasta gambas así sin despeinarse, son algunas de las cositas que nos ponen aquí.
Nos vamos a Embajadores 124, o a otro bar con el nombre de otra ciudad dónde es habitual también la tapa con la consumición y que hace la competencia a Madrid en ver quien es pionero en poner las mejores tapas gratis, el bar La Pequeña Graná. Imagina, pides tu consumición y te llega una cazuela de patatas fritas, gulas y huevo frito, o unas migas con panceta, un platazo de hummus o un canelón de espinacas con salsa azul, y todo así. Hasta en su página web te cuentan qué tapas gratis puedes encontrar, para que vayas pensando cual te apetece incluso antes de llegar (www.lapequeñagrana.es). Me han contado que muchas son sin gluten, hasta alguna tosta hacen con pan de celíaco y la verdad es que es muy popular en la zona.
Un bar que me lleva directa a la infancia es Los Enemigos, en Ezequiel Solana, en el barrio de Ascao. Primero abrió enfrente de éste el Bar Los Amigos, que por desgracia cerró hace poco, y yo disfrutaba allí con las empanadillas mini que me daban con mi coca cola, el montadito con embutido, y de servilletas, tenían rollos de papel higiénico colgados encima de la barra para limpiarse. Muy casero todo… Entonces abrió este de Los Enemigos, para hacer la competencia en ver quien tenía las mejores y más grandes tapas. Alitas de pollo fritas, chistorritas a la sidra, rabas fritas, calamares a la romana, o su ensaladita campera, así de gratis.
No sé si declararán el día 19 como el Mundial de los Aperitivos, porque yo desde ya, lo declaro cualquier día del año.