La Policía investiga la acción llevada a cabo anoche por el colectivo de ultraderecha Hogar Social Madrid contra la mezquita de la M-30, junto a la que lanzaron bengalas y botes de humo para protestar por los atentados de Bruselas, y revisará las cámaras de seguridad para identificar a los autores.
Así lo ha asegurado hoy la Delegación del Gobierno en Madrid, cuya titular, Concepción Dancausa, ha condenado el ataque y ha advertido en declaraciones a Efe de que "se actuará en consecuencia", investigando y trasladando las diligencias al juzgado correspondiente. La Policía ya ha comenzado la investigación y revisará en breve diferentes cámaras de seguridad, entre ellas las de la mezquita.
El incidente tuvo lugar ayer sobre las siete y media de la tarde, cuando un grupo de unas treinta personas convocadas por el colectivo Hogar Social Madrid se acercó a las inmediaciones de la mezquita para protestar por los atentados de Bruselas, dentro de una acción "contra el islamismo radical".
Así lo explicaron anoche en su perfil de Twitter, en el que utilizaron la etiqueta #TerroristasWelcome, similar al de #RefugeesWelcome utilizado en las últimas semanas para dar la bienvenida y expresar el apoyo a los refugiados desplazados a Europa desde Siria.
El grupo que acudió a la mezquita de la M-30 también colocó una pancarta sobre una pasarela peatonal con la leyenda "Hoy Bruselas ¿Mañana Madrid?".
Tras colocar la pancarta y lanzar las bengalas y los botes de humo los participantes en la protesta se fueron porque estaban siendo increpados por las personas que en ese momento se encontraban en el interior de la mezquita, según aseguró un portavoz del colectivo a Efe.
Hogar Social Madrid Ramiro de Ledesma es el colectivo que en 2014 ocupó una vivienda del barrio de Tetuán de Madrid con el objetivo de dar comida fundamentalmente a españoles. Tras ser desalojados ocuparon otro edificio en la zona de Chamberí, del que también fueron evacuados.
Algunos de sus miembros se reconocieron afines al Movimiento Social Revolucionario (MSR) de ultraderecha, aunque los portavoces del colectivo nunca han querido que se les etiquete como ultraderechistas o neonazis.