Rafael Araujo ha expresado su preocupación acerca del requisito lingüístico en la educación, y ha manifestado que su imposición tendría "consecuencias nefastas" para los profesionales que quisieran trabajar en la Comunidad Valenciana. Araujo considera que esta medida es una "imposición y un chantaje" por parte de la Conselleria de Educación, ya que obliga a utilizar el valenciano como requisito para poder trabajar en la Comunitat..
Además, Araujo cree que la aparición de este tema durante las elecciones tiene como objetivo movilizar a los votantes más radicales, y considera que este tipo de políticas "sectarias e impositivas" van en contra del sentido común y del consenso necesario para un buen funcionamiento de la educación.
Por su parte, la Confederación Católica de Padres de Alumnos (CONCAPA) comparte la opinión de Araujo y teme que la aprobación del requisito lingüístico tenga consecuencias negativas para la comunidad educativa y la función pública. Para la organización, esta medida supondría "una imposición y un chantaje" para favorecer a los afines a la Conselleria.