El láser vascular se utiliza para tratar problemas como cuperosis, arañas vasculares, queratosis seborreica, lago venoso, puntos rubí, cicatrices, verrugas y otros trastornos vasculares que pueden afectar la apariencia de la piel. Al reducir estas lesiones, se mejora la uniformidad y la claridad de la piel.
El láser vascular puede reducir el enrojecimiento causado por la dilatación de los vasos sanguíneos superficiales en la piel. Además, puede ayudar a reducir las manchas rojas o pigmentadas asociadas con ciertas condiciones de la piel, como la rosácea o la cuperosis.
Al tratar problemas vasculares y estimular la producción de colágeno, el láser vascular puede mejorar la textura general de la piel, haciéndola más suave y uniforme.