Así lo ha sostenido el presidente de la asociación 'Alicante por el Turismo de Cruceros' y responsable de la empresa que gestiona la terminal de cruceros del puerto de la ciudad (Cruise Operations'), el italiano Francesco Balbi, con motivo de una jornada organizada por su organización en torno a las oportunidades de este tipo de turismo tanto para la localidad como para el resto de la provincia. Según Balbi, el impacto socioeconómico de estos buques se estima en 300.000 euros diarios y beneficia tanto a la actividad portuaria propiamente dicha como a los sectores hotelero, de la restauración, los museos y transportes, entre otros muchos. "El turismo de cruceros activa la cadena de producción de todos los sectores, y si hacemos las cosas bien y con colaboración, la imagen exterior de la ciudad se potenciará", ha manifestado. Los datos que se han ofrecido en la jornada elevan a 52 el número de cruceros que se esperan a lo largo de 2018 en Alicante, con una capacidad máxima de 117.000 pasajeros, lo que de confirmarse supondría un aumento sobre los 97.000 cruceristas registrados durante el pasado ejercicio. Balbi ha repasado la situación del sector a escala global y ha destacado que en el último lustro la demanda de turistas se ha incrementado el 50 por ciento y que un tercio de estos viajeros tienen una renta familiar inferior a los 69.000 euros, lo que refleja que hay una gran potencialidad de crecimiento de este tipo de turista. Además, ha apuntado que el 20 por ciento de todos los cruceros del mundo navegan por el Mediterráneo, lo que supone que en 2018 viajarán por este mar unos 4,3 millones de personas. En la jornada también han participado la directora general autonómica de Turismo, Raquel Huete, el vicepresidente primero de la Diputación de Alicante y responsable de Turismo, Eduardo Dolón, y el alcalde alicantino, Gabriel Echávarri, entre otros.