El informe de Greenpeace ha reflejado una situación preocupante en lo que respecta a las playas de Alicante. El estudio ha concluido que el 43% de la costa presenta un severo retroceso.
Esta radiografía revela que el exceso de urbanización, la contaminación y la construcción de barrearas artificiales ha provocado el retroceso y la perdida del arenal, lo que puede suponer un riesgo para las personas residentes en el litoral.
A estas "malas prácticas" como así las califica la organización, hay que sumar los problemas ocasionados por el cambio climático, como la subida del nivel del mar, el aumento en frecuencia e intensidad de los eventos meteorológicos extremos, el incremento constante de la temperatura de mares y océanos o la pérdida de oxígeno disuelto en el agua.
Greenpeace recalca que el agua más caliente se evapora más y esto provoca la formación de DANAS y ciclones más peligrosos, aumentando los daños por inundaciones. En la costa de Alicante ya están identificados los tramos de costa en mayor situación de riesgo frente a los temporales como son Guardamar, Santa Pola, El Pinet, la Playa de San Juan y de Muchavista, la zona de Les Marines y Les Deveses en Dénia.
Desde la ONG ambientalista se aboga por limitar el turismo masivo a través de la limitación de vuelos y cruceros, la implantación de tasas para la mejora de los servicios públicos e introducir las previsiones sobre el cambio climático en la planificación urbanística y de infraestructuras.