Tras la reunión del Comité interdepartamental para el seguimiento de la evolución epidémica en la Comunitat, las autoridades autonómicas han anunciado el cierre perimetral de tres municipios alicantinos debido a su situación: Alcoy, Castalla y Polop, en principio hasta el 21 de enero.
Con carácter general desde este jueves y hasta el 31 de enero, la hostelería cerrará a las 17:00 horas y se adelanta el toque de queda a las 22:00 horas. Se establece la prohibición de fumar en las terrazas de bares y restaurantes. Además, las mesas en el interior o terraza serán de un máximo de 4 personas. Eso sí, las clases se reanudan el día siete de enero como estaba previsto ya que el Consell considera que son "espacios seguros"
En lo que refiere a locales comerciales y de prestación de servicios, se reducirá a partir del jueves el aforo del 50 por ciento al 30 por ciento, incluyendo la capacidad de los aparcamientos o espacios destinados al estacionamiento de vehículos de sus clientes. Se exceptúa la actividad comercial de establecimientos y locales comerciales dedicados al comercio esencial de alimentación, farmacias, ortopedias, ópticas, servicios de peluquería y centros de veterinaria, que se mantendrán al 50 por ciento del aforo permitido por licencia o autorización de la actividad.
Los motivos
El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, ha manifestado que estas medidas se han adoptado "para hacer frente a la emergencia sanitaria, para proteger mejor la salud de la población y para garantizar servicios esenciales". Puig ha avanzado que ha convocado para este mismo jueves, coincidiendo con la aplicación de las nuevas medidas, a la patronal y a los sindicatos para acordar un plan de ayudas a los sectores más afectados por la COVID-19. "Se trata de salvar vidas, trabajos, familias", ha enfatizado.
El president ha subrayado que la evolución la de pandemia ha conducido a una situación que ha calificado de "grave", con un crecimiento "exponencial" de la transmisión del virus en todo el continente europeo, también en la Comunitat Valenciana, que "exige una respuesta contundente, ponderada e inmediata" del Consell.
"El camino de la Generalitat ha sido guiado por una evaluación continúa de la pandemia y un análisis riguroso de los datos, sin reacciones impulsivas, sin excesos nocivos para el bienestar colectivo y sin dejar de hacer aquello que había que hacer, fuera popular o impopular", ha precisado.
En ese sentido, ha recordado que la Comunitat Valenciana fue la primera al cerrar los bares y al restringir la movilidad nocturna, y ha sido, "con gran dolor", también la única en prohibir los viajes familiares en Navidad entre comunidades autónomas. "Siempre hemos dicho que no dudaríamos al adoptar las medidas necesarias para controlar la pandemia", ha remarcado.
Hemos retrocedido
El president ha recordado que la Comunitat Valenciana ha tenido unos de los registros más bajos de España desde el inicio de la pandemia. En concreto, es la cuarta comunidad con una menor incidencia acumulada y ha mantenido un 27 por ciento menos de hospitalizaciones y la mitad de mortalidad que la media española.
No obstante, ha señalado que, en dos semanas, se ha registrado una tendencia "preocupante", ya que la incidencia del virus ha crecido un 16 por ciento, las hospitalizaciones han subido un 52 por ciento y se han registrado 196 muertos en una semana.
Vacunación e infraestructuras
Ximo Puig ha avanzado quese va a intensificar el proceso de vacunación, de forma que entre el lunes y el martes de la semana que viene ya se habrá administrado la primera dosis de la vacuna a todas las personas residentes y al personal de las residencias de mayores, excepto de aquellas que tengan brotes activos. Además, la próxima semana empezará la vacunación del personal sanitario de Atención Primaria y de primera línea y, a continuación, de los centros de día. Por otro lado, cuando se autorice la vacuna de Moderna y se inicie su distribución, empezará paralelamente a vacunarse al personal sanitario de hospitales.
En lo que se refiere a infraestructuras, todos los departamentos disponen, en este momento, de camas en planta y de UCI, y existen en marcha planes de contingencia por si hicieran falta más recursos hospitalarios. En concreto, según las previsiones adelantadas por el president, se puede llegar a 19.000 camas para personas enfermas agudas y a 1.200 camas para personas enfermas críticas.