El concejal de Fiestas, Manuel Jiménez, ha subrayado la “espectacular acogida” de una iniciativa que ha agotado la cita previa.
“La Casa de San Nicolás se ha tenido que montar en la plaza de Séneca con las medidas sanitarias vigentes paraconjugar la ilusión que genera, con la seguridad de los asistentes", según Jiménez quien ha resaltado que "aun así, la inscripción con cita previa hay que catalogarla como un éxito porque serán más de 4.000 familias las que la visiten hasta el 24 de diciembre”.
Las dimensiones de la Casa de San Nicolás son de 5x10 metros. En el interior hay, como mínimo, 70 objetos entre mobiliario -salón comedor, despacho, librería y habitación, entre otros- y decoración -relojes de pared, cuadros, trono, chimenea, vajillas, lámpara, radio, cofres y teléfonos-. También, un buzón, a juego con el interior de la dependencia, para que los pequeños depositen sus cartas.
Dos actuantes caracterizados de Elfos recibirán a los visitantes y San Nicolás preguntará a los pequeños por su comportamiento durante el año y recibirá sus cartas. Posará con ellos para tomar fotografías, totalmente gratuitas, guardando la distancia de seguridad interpersonal establecida.
El acceso a la Casa está sometido a las prescripciones y condiciones establecidas por las autoridades sanitarias. Tanto el coordinador como los Elfos y San Nicolás llevan mascarillas, y habrán aportado la certificación de pruebas PCR con resultado negativo, en esta misma semana. A quienes accedan al recinto se les dispensará gel hidroalcohólico y se les tomará la temperatura mediante termómetros infrarrojos.
La Palmera del Día de la Constitución
La Palmera de fuegos artificiales del 6 de diciembre, Día de la Constitución, que se verá a partir de las 20 horas desde la fortaleza del castillo de Santa Bárbara, la conformarán 900 cohetes, explica el pirotécnico de Redován, Eduardo Ferrández.
Manuel Jiménez, concejal de Fiestas, ha incidido en que “celebrar de este modo el 43 aniversario de la Constitución supone una auténtica novedad porque nunca se ha disparado una palmera de estas características. Además de un nuevo polo de atracción turística en estos días festivos, ese disparo conlleva un respaldo económico al sector de la pirotecnia, otro de los que más han padecido el efecto de la pandemia en la provincia de Alicante”.
Pirotecnia Ferrández contabiliza más de un siglo en este sector. Eduardo Ferrández, el padre de quien disparará la Palmera el próximo lunes, corrobora con su experiencia el hecho histórico que ocurrirá en la tarde del 6 de diciembre: “Seguro que Alicante será foco de atención nacional e internacional porque nunca ha habido una palmera con estas características”.
Ferrández hijo asegura que “al ser un disparo novedoso, conlleva muchas dificultades. No puede tener mucho diámetro porque se desvanecería enseguida, sin que se llegara a apreciar el efecto deseado”.
Como ejemplo, la Palmera que disparó esta misma pirotecnia en la noche del 24 de junio de 2020 tuvo 700 metros de diámetro. Desde que supo que tenía que lanzar esta Palmera asegura que ha realizado más de treinta pruebas con distintos cohetes “hasta alcanzar el objetivo deseado”. Está elaborada de manera artesanal, “si no fuera así, sería imposible por la complejidad que supone que estallen 900 cohetes al mismo tiempo”.
La Palmera está totalmente preparada desde esta misma semana. Afirma el pirotécnico que “se precisan cuatro días para que la mezcla compacte y no se humedezca, con lo que se perdería el efecto deseado”. Cuando llegue a Alicante le esperan en el castillo de Santa Bárbara nueve horas de trabajo para el montaje definitivo hasta el momento del disparo.
Desilusión compensada
La Concejalía de Fiestas ya planteó el pasado junio la posibilidad de disparar la Palmera desde el monte Benacantil, aunque no se celebraran las Hogueras. Sin embargo, lo impidió la situación derivada de la pandemia. “El gobierno municipal tenía claro que no podíamos quedarnos sin Palmera si la situación sanitaria lo permitía. Así compensamos la desilusión que nos llevamos al no poder dispararla el pasado 24 de junio, según marcaba el protocolo de espectáculos pirotécnicos que emitió la Generalitat Valenciana el pasado 21 de mayo”.
El último año que no se disparó Palmera en Alicante en la noche del 24 de junio fue en 1991. El riesgo del desprendimiento de una roca del monte Benacantil lo impidió, como anunció en rueda de prensa el alcalde José Luis Lassaletta, al término de la máscletà del 23 de junio. Se barajaron otras opciones pero, finalmente, se desestimó el lanzamiento.