Los servicios jurídicos del Real Club de Regatas de Alicante (RCRA) han presentado ante la Autoridad Portuaria de Alicante su informe de alegaciones contra las obras de construcción de una pasarela “volada” que afectaría gravemente la acción portuaria de la entidad y a las actividades deportivas y sociales que lleva a cabo esta institución centenaria.
El RCRA presenta sus alegaciones a este proyecto tras concederle la Autoridad Portuaria de Alicante 15 días hábiles para que presentara por escrito las sugerencias y alegaciones para compatibilizar el uso de la futura pasarela peatonal con el normal funcionamiento de las actividades que se desarrollan en el Real Club de Regatas de Alicante.
Para el RCRA -que dispone del derecho concesional de uso del espacio que solo se puede modificar por Ley-, la obra que lleva a cabo la Autoridad Portuaria de Alicante no dispone del amparo normativo para poder afectar a la concesión, principalmente porque los trabajos acometidos no son de interés portuario, ni se recogen en los documentos de planeamiento.
La pasarela, que forma parte de una obra integral en el Puerto de Alicante, condiciona gravemente la continuidad de las secciones deportivas y de la actividad de amarraje y desamarraje de las embarcaciones del club, así como de los servicios de botadura/varada de embarcaciones, marina seca, y de los numerosos atraques colindantes a la actuación y, además, se lleva a cabo vulnerando el derecho concesional al implantar una servidumbre sin consentimiento del Club y sin amparo legal que limita la actividad del club. Como alternativa, el RCRA propone que se modifique el proyecto y la zona peatonal discurra por la parte trasera de la concesión.
Afecta a la zona de trabajo en seco, el remo y el deporte
En concreto, la pasarela proyectada provocaría una grave disfuncionalidad en la zona de trabajo en seco y, por otro lado, la actividad de remo -profundamente consolidada en la ciudad con más de 500 remeros- se vería seriamente afectada. En cuanto a la vela deportiva, la actuación impide no solo la actividad de los monotipos sino que, además, el club pueda gestionar y disponer de su flota de monotipos para la vela de base, la que disfrutan los regatistas más pequeños. En concreto y en cuanto a cifras, esta acción de la Autoridad Portuaria de Alicante afectaría directamente a 500 licencias deportivas de remo, muchos de ellos deportistas de la Universidad de Alicante con la que el club tiene un convenio para la práctica de este deporte por parte de sus alumnos, otras 400 licencias de vela monotipo y crucero y a los 556 amarristas de los pantalanes afectados.
De acuerdo con el proyecto, la pasarela tendrá diferentes cotas respecto al nivel del mar. Los tramos más elevados se encuentran al norte y al sur de la pasarela, es decir, los tramos de conexión con el muelle 1 y con el muelle 3. El proyecto de la pasarela condiciona de forma evidente la práctica deportiva porque se pretende que los deportistas empleen estas zonas más elevadas. Sin embargo, pasando por debajo y considerando que la bancada de un falucho está a 0,65m de la línea de flotación y el cuerpo del remero sobresale alrededor de un metro, el paso bajo la pasarela implicaría la necesidad de agacharse, complicando la accesibilidad y aumentando el riesgo de accidentes por golpes con la pasarela.
La vela, seriamente amenazada
El deporte de la vela, que es una de las actividades principales del club, que cuenta con escuela, organización y participación en competiciones a todos los niveles, quedarían seriamente en entredicho. Estas competiciones se celebran a lo largo del año en repetidas ocasiones, por lo que para botar o sacar del agua las numerosas embarcaciones que participan en las competiciones se emplea la rampa de varada y, por tanto, el tramo elevable estaría prácticamente todos los días elevado, ya que se requerirá el paso de veleros con gran frecuencia. Esta circunstancia lógica provocaría en los viandantes desconfianza en cuanto a la posibilidad de paso por la pasarela peatonal. Otro punto importante a tener en cuenta es que en la zona de varada se manejan productos inflamables como pinturas, o combustibles y tener tan próxima una vía peatonal, con un vallado ya sea de 1,59m o 1,80m, es un riesgo ya que desde la pasarela se pueden arrojar (o introducir entre las barras del vallado) colillas, petardos o elementos susceptibles de provocar un incendio. Considerando que la mayoría de los barcos son de fibra de vidrio, el fuego que se puede desencadenar tendría graves consecuencias.
Canales impracticables
Por otro lado, a anchura resultante del canal de navegación no cumple con las recomendaciones en cuanto a la separación mínima entre pantalanes principales, quedando reducido en 4,80m respecto al ancho recomendado. Así, las embarcaciones que empleen esta área de navegación no podrán realizar las maniobras necesarias de manera segura, corriendo el riesgo de golpear a otras embarcaciones amarradas más próximas, a las abarloadas en el muelle o incluso a la propia pasarela, con el riesgo añadido de que la proa o la popa de las mismas se introduzcan bajo la pasarela, golpeándola y dañándose tanto la estructura de la nueva pasarela proyectada como las propias embarcaciones. También existe la posibilidad de que se produzcan daños a las personas en el supuesto de que una embarcación se deslice bajo la estructura de la pasarela.
Por otro lado, la rampa de varada-botadura se utiliza diariamente para el ascenso y descenso de botes de trabajo, remolques, embarcaciones de remo, veleros, motoras, embarcaciones neumáticas de bomberos, guardia civil, etc. En caso que se culminara la pasarela tal y como está proyectada, esta zona quedaría encerrada, con un área de 293 m2 para la flotación de estas embarcaciones y salida/entrada a/desde la rampa, insuficiente para las operaciones. Teniendo en cuenta que las embarcaciones que utilizan esta rampa pueden tener 7-10m de eslora, la maniobrabilidad en esta área quedaría muy limitada.