Alicante es, desde hace años, un punto de referencia para los turistas. Sus altas temperaturas, sus playas, sus fiestas y su cultura del botellón han convertido a la capital Alicante en un tumulto de masas de diferentes partes del mundo. Los pisos turísticos reinan y… con ello sus retractores. Según datos oficiales de la Conselleria de Turisme revelados por Rocío Gómez, Concejala de Urbanismo del consistorio alicantino, estos alcanzan las 3.758 viviendas.
Es por ello que el colectivo “Alicante. Dónde vas” ha convocado una manifestación contra el turismo masivo el próximo sábado 13 de julio a las 19.30 horas. Esta marcha comenzará en la Plaza de Toros y concluirá en la plaza Francisco Tomás junto al Casino. Con el slogan “Alicante tiene un límite” este llamamiento pretende combatir la cantidad de turistas que abarrotan las aceras de la ciudad, las masificaciones en los locales, los pisos turísticos y la basura en las calles. Los organizadores han hecho un llamamiento a la participación ciudadana en respuesta a la indiferencia de las instituciones. María Cuevas, una de sus portavoces, subraya que estos hechos y la apuesta de la ciudad por un turismo masivo obliga a muchos de los vecinos a tener que abandonar el país en la conocida como "fuga de cerebros" para poder prosperar y subrayando que este aumento de los visitantes no trae consigo un aumento de salarios ni mejores condiciones laborales y todo lleva a una limitación formativa al sector turismo.
UN RETO PARA LOS ÓRGANOS DE GOBIERNO
Ayer mismo veíamos como el grupo municipal de Compromís, junto a su diputado autonómico Alberto Ibáñez, presentó una propuesta de ley para la implantación de páginas web para que los ciudadanos puedan identificar y denunciar si se sospecha de la existencia de pisos turísticos ilegales. Algo alarmante si tenemos en cuenta que Alicante, junto con Valencia, son dos de las tres ciudades españolas donde más se vulnera el derecho a la vivienda por el encarecimiento de precios.
Está claro que este problema no se puede solucionar de la noche a la mañana y que, además del desempeño de la actividad ciudadana, los organismos públicos deberían tratar de regular el abuso y no dar la espalda a una realidad cada vez más evidente.
