El Reglamento Orgánico del Pleno (ROP) deja en manos del alcalde el reparto de salarios y asesores, sin tener ningún tipo de criterio objetivo. Tradicionalmente en la capital alicantina se ha mantenido la retribución a los concejales tanto en el gobierno como en la oposición, aunque en momentos puntuales como en el mandato de Sonia Castedo se le retiró la remuneración a los ediles rivales.
En la última legislatura (2019/2023), también encabezada por Luis Barcala, el alcalde decidió mantener la retribución a todos los miembros del pleno municipal. Había un número de dedicaciones exclusivas y el resto podrá optar a una parcial, lo que suele suponer un 75% del salario. En el mandato pasado un concejal del Ayuntamiento de Alicante tenía un sueldo de 59.099 euros brutos anuales si estaba en el equipo de Gobierno y 52.653 en la oposición; el alcalde se fijó unos honorarios de 72.104 euros, mientras que los portavoces del resto de grupo cobraban 59.099, según la página de Transparencia del Ayuntamiento de Alicante. Las dedicaciones parciales para el resto son de 39.489 euros brutos anuales.
Esto supone 4221 euros brutos mensuales en 14 pagas para los ediles que ostenten una concejalía y 3760 euros (también brutos) para los que estén en la oposición. Así el alcalde tendrá un sueldo mensual de 5120 euros brutos y los concejales con dedicaciones parciales se embolsarán 2810 más 194,53 (estos íntegros) por asistencia a plenos, que son mensuales.
Asesores: cargos de confianza
La ley establece que el número máximo de cargos de confianza es el de concejales de la corporación que en el caso de Alicante es de 29. En este caso el alcalde también decide cómo se reparte este personal y no tiene que ser proporcional. El sueldo de los asesores es de 32.000 euros brutos anuales, unos 2285 al mes. En el caso del jefe del gabinete, el de prensa o protocolo que dependen directamente de alcaldía tienen una retribución cercana a la de un concejal: 45.000 euros brutos anuales, 3214 mensuales.