La Policía Nacional ha llevado a cabo una operación que ha culminado con la detención de cinco personas, tres varones y dos mujeres, de edades comprendidas entre los 24 y 44 años y nacionalidades española y colombiana. La investigación se inició tras recibir información sobre la actividad ilícita de un hombre en el barrio de Altozano, quien presuntamente distribuía cocaína a pequeña y mediana escala.
Durante la operacilón, la Policía Nacional los ahora arrestados fueron localizados en el domicilio del principal sospechoso y en sus inmediaciones. Al ver a los agentes, los sospechosos s intentaron deshacerse de las pruebas. Uno de ellos arrojó una caja fuerte desde la ventana de un quinto piso a un patio interior. Otros dos también se intentaron deshacer del resto de pruebas, lanzando una segunda caja fuerte, un teléfono móvil y una bolsa con sustancia estupefaciente a una terraza adyacente. Además, en las inmediaciones del domicilio se interceptó a una mujer relacionada con el grupo, la cual llegó en un vehículo, y en el cual también se encontró más droga.
Registros domiciliarios
Durante los registros practicados en los domicilios y en el vehículo, se incautaron un total de 1.633 gramos de cocaína distribuidos en múltiples envoltorios y dispuestos para su venta al menudeo, 5.605 euros en efectivo en billetes de diferente valor, herramientas utilizadas para el prensado de cocaína, y 14 gramos de sustancia de corte. Los agentes localizaron un compartimento secreto ubicado en una mesita del salón principal de una de las casas, que se abría mediante un mecanismo NFC.
De los cinco detenidos, dos de ellos contaban con antecedentes policiales. Cuatro de ellos han sido puestos a disposición del Juzgado de Instrucción de Guardia de Alicante, mientras que el quinto, fue puesto en libertad tras ser oído en declaración, no sin antes ser advertidos de la obligación de comparecer ante la autoridad judicial cuando fuera requerido para ello.
El impacto del tráfico de drogas
La Policía Nacional aprovecha para alertar a la ciudadanía sobre el impacto nocivo del tráfico de drogas en las comunidades. El consumo y distribución de sustancias estupefacientes no solo afecta a quienes las consumen, sino que también genera inseguridad, financia actividades delictivas y fomenta la explotación de personas vulnerables dentro de estas redes.
Denunciar actividades sospechosas en los barrios es clave para mantener la convivencia y la seguridad. Además, el uso de herramientas sofisticadas, como compartimentos ocultos con tecnología avanzada, demuestra la creciente sofisticación de estos grupos, lo que resalta la necesidad de la colaboración ciudadana en la lucha contra este delito.
