La Policía Nacional ha detenido en Alicante a un hombre de nacionalidad española y de 45 años por apropiarse indebidamente de 15 vehículos de alta gama valorados en más de 1,2 millones de euros. Se le acusa de cometer los delitos de apropiación indebida, falsedad documental y estafa. El varón ya ha sido puesto a disposición del Juzgado de Instrucción de guardia.
El arrestado, a través de dos mercantiles, supuestamente se ofrecía como intermediario para vender esos coches. Además, solicitaba préstamos personales y ponía como aval el vehículo enajenado. Entre ambos hechos, el perjuicio supera los dos millones de euros, ha informado la Jefatura en un comunicado.
Fue el gerente de una mercantil dedicada a la compra-venta de vehículos de alta gama quien denunció que un empresario del gremio automovilístico, a cambio de una comisión, le había ofrecido sus servicios como intermediario para realizar esas operaciones con alguno de los vehículos de su mercantil, si bien finalmente los había vendido a terceras personas --a través de otras empresas-- sin su conocimiento.
El presunto intermediario se ganó la confianza de la víctima y le hizo ver que, a través de sus empresas, con los contactos que tenía y la oferta en redes sociales, podía vender los coches.
Una vez dispuso de los vehículos, los transfirió a terceras personas, para lo que falsificó una factura de compra-venta entre su empresa y la mercantil del perjudicado, así como otros documentos relacionados con el vehículo y necesarios para la fraudulenta transferencia.
El detenido también solicitaba préstamos personales sobre estos vehículos y los ponía como aval, de modo que, en caso de no satisfacer alguna cuota, la financiera reclamante pasaría a ser su propietaria.
Sin embargo, el coche ya había sido vendido a una tercera persona o mercantil, por lo que con todo ello se creaba, mediante estafa, un entramado de perjudicados en torno a un mismo vehículo, por el que no se llegó a abonar cantidad alguna a su propietario inicial.
Retrasar una posible denuncia
El investigado, con el dinero obtenido de los préstamos, satisfacía determinadas cuotas con el objetivo de tratar de retrasar una posible denuncia, mientras generaba perjuicios a otras personas --se tiene conocimiento de hasta tres perjudicados por un mismo vehículo-- y obtenía el mayor lucro posible de cada uno de ellos.
Este fraudulento negocio generaba sobre cada vehículo una serie de deudas, que permitían al investigado adquirir un patrimonio económico suficiente para seguir realizando gestiones con otros interlocutores del sector automovilístico, para adquirir y vender otros coches.