Todo comenzó con un accidente de tráfico que sufrió un repartidor de comida en Banyeres de Mariola. El herido relató a la Policía que su situación en España era irregular y que el dueño del negocio se desentendió de él.
También contó que, al principio, no cobraba nada y que su jefe le había prometido regularizar su situación. Le daba comida y alojamiento. Pero tras el accidente, lo echó de la casa y le quitó la documentación.
Desde entonces, vivía en la calle y recibía la cuantía de 400 euros por turnos de trabajo de 12 horas diarias en condiciones de explotación laboral. El hombre tenía las manos inflamadas por el frío que pasaba y sufría heridas, pero aún así continuaba trabajando y manipulando alimentos sin tener ningún tipo de curso o carnet que lo permitiera.
Los arrestados están acusados de infracción de la Ley de Extranjería y de la normativa de Prevención de Riesgos Laborales, por poner en peligro grave la salud, la integridad y la propia la vida de sus trabajadores.
La operación ha sido desarrollada de forma conjunta por agentes de las Brigadas de Extranjería de las comisarías de Elda y Alcoy, la Unidad de Policía Nacional adscrita a la Comunidad Valenciana y la Inspección de Trabajo y Seguridad Social.