en pedreguer

Hallan la primera evidencia de canibalismo infantil ritual del Neolítico en la Comunitat Valenciana

👉Se han encontrado mordeduras en huesos de un bebé de unas 40 semanas y en un niño de unos siete años de edad

Redacción

Alicante |

Los asistentes a la rueda de prensa que han hablado de este interesante hallazgo
Los asistentes a la rueda de prensa que han hablado de este interesante hallazgo | Diputación Provincial de Alicante

Las primeras evidencias neolíticas de mordeduras sobre huesos humanos de infantes en el levante peninsular han sido halladas en la Cova del Randero, en Pedreguer, un canibalismo ritual en el que no hay ningún gesto de violencia y que no se llevó a cabo por motivos de nutrición, ya que los que poblaban esta cavidad gozaban de una economía asentada: vivían del pastoreo y del intercambio de carne de animales.

Este descubrimiento de canibalismo no violento de hace 6.500 años ha sido dado a conocer este miércoles en una rueda de prensa en la que han intervenido el presidente de la Diputación de Alicante, Toni Pérez; el diputado provincial de Cultura, Juan de Dios Navarro; el conservador de Prehistoria y director del Museo de Bellas Artes de Alicante, Jorge A. Soler, la técnico arqueóloga de la corporación provincial alicantina, Consuelo Roca de Togores, y el alcalde de Pedreguer, Sergi Ferrús.

Las mordeduras se han hallado en fragmentos de huesos de un bebé (perinatal de 40 semanas de gestación) y de un niño de unos 7 años de edad, y se produjeron ya cuando habían muerto (post mortem). En el caso de uno de los infantes, el consumo se llevó a cabo en huesos frescos, inmediatamente después de fallecer.

El jefe de Arqueología del Institut Valencià de Conservació, Restauració i Investigació, Rafael Martínez Valle, ha resaltado que las mordeduras son "unos indicios ante la evidencia de un consumo humano" y ha reiterado que "no hay gestos de violencia" en este canibalismo ritual, del que se desconoce por el momento su motivo u origen.

El resultado de esta investigación es el fruto de catorce campañas desarrolladas entre 2007 y 2021 en la Cova del Randero, situada a 170 metros sobre el nivel del mar, integrada por muchas galerías y que se usaban para guardar el ganado, la residencia de sus ocupantes y también como enclave funerario.

No eran actos violentos

Por su parte, el director del MUBAG, Jorge Soler ha resaltado que "lo novedoso" del estudio es "la presencia de las dentelladas" y que se da "en un contexto arqueológico muy preciso", si bien los expertos no han encontrado si ambos infantes padecían algún tipo de enfermedad. "Cuando hablamos del canibalismo que puede haber en la Cova del Randero no nos estamos refiriendo al que podría tener los aztecas, por ejemplo, a resultas de violencia u otra causa", ha aclarado.

Mientras, Consuelo Roca de Togores ha concretado que en esta cavidad se han encontrado más de 3.600 restos de fauna, tanto doméstica (sobre todo, huesos de oveja y de cabra) como salvaje. Todos estos vestigios aparecieron con marcas causadas por sílex para desarticular y descarnar la carne para luego comerciar con ella. El resto se arrojaba a una especie de 'basurero'.