El jurado popular encuentra culpables de asesinato a Conchi Martínez y a su cómplice Francisco Sánchez

La llamada "viuda negra de Alicante" se había casado con la víctima 15 días del suceso, tras fingir una discapacidad física y moverse en silla de ruedas. Le había conocido a través de su cuidador aunque nunca llegaron a compartir vivienda.

Los hechos

Ambos quedaron en el aparcamiento de la playa para ir a cenar a un bar al que habían ido en dos ocasiones anteriores. Según el relato del ministerio público, ambos se abalanzaron sobre la víctima, lo arrojaron al suelo y le clavaron repetidamente destornilladores hasta causarle la muerte.

Fue en esos momentos cuando una agente de la Policía Nacional que paseaba por la zona presenció lo que ocurría e intervino de inmediato. En su comparecencia como testigo la agente incriminó a los procesados en la muerte del marido. Describió que la víctima estaba en el suelo; el presunto autor dio su última acometida y la mujer le agarraba la cabeza. Incluso relató que en ese momento y de forma espontánea les expresó "hostia, le habéis matado". También añadió otro detalle: la acusada no iba en la silla de ruedas que decía necesitar.

Conchi lo negó todo

Durante su declaración ante el jurado, Concepción negó los hechos y aseguró que había encontrado a su marido en el suelo y éste había incriminado en los hechos a un hijo suyo. "Le ví en el suelo y balbuceó algo así como 'mi hijo me la clavó en el corazón'", relató. También a una tercera persona que se subió a un coche, pero explicó que no le reconoció la cara. "Sueño mucho con esta persona para intentar averiguar quién era, pero no lo sé", añadió.

En sus conclusiones finales, los letrado defensores sostuvieron que ellos no mataron a la víctima, tampoco ganaban nada con ello; sólo que se encontraban en el lugar y momento equivocados. También reprocharon a las acusaciones que "no han querido averiguar la verdad " y que se les ha negado una reconstrucción de los hechos, que pidieron

Penas de prisión

La Fiscalía pedía para ambos 30 y 28 años de prisión por el delito de asesinato con las agravantes de ensañamiento y aprovechamiento de las circunstancias de lugar y tiempo, a los que se suma el de parentesco en el caso de la mujer. Tras la declaración de culpabilidad, el juez-presidente de la vista redactará la sentencia e impondrá la pena correspondiente.