La Unidad de Oftalmología del Hospital Vithas Medimar ha comenzado a aplicar la digitalización en sus procesos quirúrgicos, lo que permite una mejora en la recopilación e interpretación de datos relevantes de los pacientes, así como en la rapidez respecto a la prevención y detección de problemas de salud.
Tal como explica el doctor Alfonso Arias, responsable de la unidad, “la implementación de la digitalización a nivel de cirugía implica la mejora en la planificación preoperatoria, en su realización y en la reducción de riesgo para el paciente”. “Además, -subraya el profesional, permite enviar todas las pruebas diagnósticas, datos biométricos y plan quirúrgico de un paciente obtenidos en la consulta directamente al quirófano, estando disponibles de forma automática en el microscopio quirúrgico”.
Cirugía
La cirugía de catarata es una de las operaciones oculares más comunes. De hecho, en nuestro país se realizan unas 450.000 al año y su número va en aumento debido a los cambios demográficos asociados al incremento de la esperanza de vida de la población.
Unos avances que la Unidad de Oftalmología ha empezado ya a aplicar y que ha mejorado realmente el flujo de trabajo pre, intra y posoperatorio de cataratas. “La plataforma digital facilita un circuito totalmente integrado, automatizado y personalizado para cada paciente, contribuyendo a la eficacia y seguridad del procedimiento”, comenta el doctor Arias.
La cirugía del cristalino ya no sólo se realiza en pacientes con cataratas, sino también para resolver otras disfunciones visuales. “Además de la presbicia, en caso de padecer hipermetropía, miopía o astigmatismo, -detalla el doctor-, los pacientes que se someten a esta intervención pueden eliminar definitivamente el uso de gafas de forma que no necesiten ayudas visuales permanentes”.
“El éxito de la cirugía de cristalino empieza antes de entrar en quirófano, ya que un buen estudio preoperatorio y una adecuada selección y cálculo de la lente que implantamos en el ojo es clave”, explica el doctor Arias quien puntualiza que “los parámetros de la biometría (prueba realizada en consulta para medir las dimensiones del globo ocular) se vinculan con los de otras pruebas diagnósticas, –lo que facilita la indicación quirúrgica– y se transfieren automáticamente a las fórmulas de cálculo de la potencia de las lentes intraoculares”.
El especialista destaca que “esto nos facilita realizar una planificación muy precisa ahorrando tiempo en el momento de la intervención y minimizando el posible error humano, ya que a lo largo de todo el proceso tenemos sistematizada y accesible la información del paciente”. “El seguimiento que se realiza después de la cirugía de cristalino también es más individualizado, pues el volcado inmediato de datos permite comparar las pruebas preoperatorias con las de sus visitas”, concluye el doctor Arias.