Ante la reciente detección de una partida de pomelos ecológicos procedentes de Sudáfrica con residuos de una materia activa que se encuentra prohibida desde 2018 en la Unión Europea por su peligrosidad, la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) reclama a la Comisión Europea que lleve a cabo un mayor control en la entrada y el etiquetado de los productos foráneos certificados en ecológico que se envían a Europa.
La interceptación fue notificada por las autoridades de los Países Bajos a través del Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos (RASFF) y la muestra del producto que fue analizada en laboratorio constató una proporción de Glufosinato de 0,39; 0,51 miligramos/kilo (ppm), cuando su Límite Máximo de Residuos (LMR) permitido está fijado en 0,05 mg/kg. El Glufosinato constituye un una sustancia activa empleada como herbicida que la UE prohibió su uso a los agricultores europeos hace más de 5 años.
AVA-ASAJA lamenta que un producto que debe recorrer más de 13.000 kilómetros sea calificado como ecológico, ya que en su tránsito en barco ya ha emitido una gran cantidad de gases contaminantes a la atmósfera, pero alarma aún más que un producto que se importa como ecológico contenga un nivel tan elevado de residuos de un herbicida, cuyo uso está prohibido en Europa, por su toxicidad.
“La constante permisividad y la hipocresía de Europa ante los productos que vienen de fuera, así como la falta de reciprocidad en las exigencias fitosanitarias provocan que nuestros agricultores se vean obligados a abandonar sus explotaciones, pero lo que es más grave, entrañan un riesgo para la salud de la población y son un fraude para los consumidores europeos, al portar residuos nocivos” denuncia en Más de uno La Ribera el presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado.