Felicidad ¿Ciencia o “negocio”?
En la séptima entrega de nuestro espacio “Psicología de andar por casa” (la última de 2024) y aprovechando que estamos a las puertas de las fiestas navideñas, hoy vamos a hablar con nuestro psicólogo de guardia sobre un tema que estoy seguro les va a resultar muy interesante: LA FELICIDAD.
- Edgar Bresó, buenas tardes, ¿Qué sabemos sobre la felicidad? ¿Qué es lo que dice la ciencia sobre este concepto?
La felicidad es un tema muy amplio y estudiado por expertos en psicología y filosofía. Y hoy vamos a resaltar algunas de las principales conclusiones de estos estudios:
La primera conclusión es que aproximadamente el 50% de nuestra felicidad depende de variables que no podemos controlar. Investigaciones realizadas por Sonja Lyubomirsky (que es una de las expertas más reconocidas en este ámbito) señalan que nuestra genética explica el 50% de nuestra felicidad. Esto es lo que conocemos como "set point" es decir, cada persona tiene un nivel base de felicidad al que tiende a regresar después de eventos positivos o negativos.
Parece una mala noticia, pero, la parte positiva es que, las decisiones personales que tomamos, lo que hacemos cada día (nuestra actitud) y la relación que tenemos con el entorno, según estos estudios, son los responsables del 40% de nuestra felicidad.
Y te preguntarás… y ¿qué define el 10 % restante? Las circunstancias externas. Según estos estudios, solo el 10% de nuestra felicidad depende de aspectos como el dinero, el estatus social, la apariencia física o el lugar donde vivimos entre otros. Y aunque estos factores pueden influir temporalmente, se ha demostrado que su impacto suele ser menos significativo a largo plazo.
- De acuerdo Edgar, entonces la mitad de felicidad no la puedo modificar pero hay un 50% que sí ¿verdad? Entonces, ¿Qué puedo hacer con ese 50% que sí se puede modificar para ser más feliz?
Pues la primera cosa que favorece la felicidad según la ciencia son las relaciones sociales: Estudios realizados, por ejemplo, por Eduard Diener han demostrado que la felicidad está estrechamente relacionada con la calidad de nuestras relaciones sociales. Así la presencia de amigos y familiares cercanos, la comunicación efectiva o la empatía son fundamentales para ser felices.
Por otro lado, la gratitud: Practicar la gratitud de forma regular se asocia con una mayor felicidad y bienestar.
En tercer lugar, la actividad física: hacer deporte se asocia con mayor felicidad y diversos estudios empíricos han demostrado que la actividad física puede reducir el estrés y mejorar la salud mental.
Finalmente, la meditacióny la práctica del mindfulness también han demostrado un efecto moderador en los niveles de bienestar y así, ser conscientes del momento presente nos ayuda a disfrutar y, en consecuencia, ser más felices.
- Entonces Edgar, quieres decir que si tenemos muchos amigos, nos apuntamos a un gimnasio y meditamos, ¿seremos felices?
Bueno, no exactamente, aquí, si me permites, quiero advertir a la audiencia de la diferencia entre correlación y causalidad. Es decir, los estudios han demostrado que existe una correlación positiva entre la práctica de deporte, las relaciones sociales, la meditación y la gratitud con la felicidad, pero no se trata exactamente de una relación causa efecto. Es un efecto un poco más complejo.
Verás Luís, practicar la gratitud significa: tomar un momento cada día para reflexionar sobre las cosas por las que te sientes afortunado y compartirlas con alguien. Desarrollar relaciones sociales “de calidad”, no significa tener muchos amigos, significa cuidar a tus amigos, compartir tiempo con ellos, hacer cosas por los demás y buscar también su ayuda cuando lo necesitas. Se trata de fortalecer nuestras relaciones sociales para que sean relaciones sanas y de calidad. Y lo mismo ocurre con la actividad física y el mindfulness. No se trata de apuntarse a un gimnasio y meditar, se trata de realizar un deporte que te haga disfrutar y sentirte bien para así generar endorfinas y potenciar tu felicidad y también meditar para ser consciente de lo que estamos sintiendo en cada momento y así, por ejemplo, cuando acaba tu día, tener la sensación de que tu día ha merecido la pena. Sentir que tus días no son todos iguales y que has disfrutado de tu día.
Como ves, no es tanto apuntarse a un gimnasio, tener amigos y meditar, es lo que conseguimos sentir cuando realizamos este tipo de actividades.
- ¿Y qué dice la ciencia sobre el dinero y la felicidad? Es decir, ¿Qué hay de cierto en eso de que el dinero no da la felicidad?
Bueno, de esto podríamos estar debatiendo muchas horas. En general, creo que existe un “relativo” acuerdo (diría yo) sobre la idea de que el dinero no da la felicidad, pero sin duda todos sabemos que indudablemente puede contribuir a ella. El dinero permite cubrir necesidades básicas como la alimentación, la vivienda y la salud, lo que elimina preocupaciones y proporciona estabilidad. Además, puede facilitar experiencias de bienestar, como viajes, educación y tiempo de calidad con los seres queridos.
Sin embargo, es evidente que hay muchas cosas que no se pueden comprar con dinero y que son esenciales para ser feliz. Por ejemplo, el dinero, por sí solo.
En resumen, el dinero no da la felicidad, pero en cambio, sabes qué Luís, la felicidad sí que puede dar dinero.
- ¿Cómo? ¿Qué quieres decir con eso? Explícate…
Debemos tener en cuenta que la felicidad es un tema se ha abordado desde diferentes perspectivas, incluyendo también la perspectiva del "negocio" de la felicidad.
En las últimas décadas, la felicidad se ha convertido en una industria multimillonaria. Hay que tener en cuenta que, en países como el nuestro con niveles de bienestar elevados, creamos necesidades que generan negocio o cierto consumismo. Desde libros de autoayuda hasta aplicaciones, productos de bienestar o retiros espirituales, por ejemplo. De hecho, el mercado global del bienestar genera miles de millones de euros al año en todo el mundo.
Empresas y gurús promueven productos y servicios con la promesa de "ser más feliz", a menudo apelando a un marketing emocional. Y es aquí donde nosotros debemos ser capaces de valorar aquello que realmente nos puede ayudar a ser más felices o aquello que es más superficial y completamente inútil.
- Has mencionado antes la palabra “consumismo” y es un tema del que ahora en navidad se habla mucho ¿Existe relación entre comprar o tener cosas y ser feliz?
Creo que es una muy buena pregunta y, como todas las buenas preguntas, no tiene una única respuesta. Aquí me gustaría señalar un fenómeno que se conoce como la paradoja del consumo y que propone la idea de que, al intentar comprar felicidad, las personas lo que hacemos a menudo es atraparnos en un ciclo de insatisfacción. Es decir, nos metemos en un círculo vicioso de insatisfacción perpetua porque siempre queremos más y nunca tenemos suficiente. Por lo tanto, una vez más, parece que la relación es, más bien, la inversa. Comprar mucho paradójicamente, nos hace más infelices porque siempre queremos más y no disfrutamos de lo que tenemos.
- Bueno Edgar, ya nos has contado algunas cosas de lo que se sabe y se ha estudiado sobre la felicidad pero… ¿Hacia dónde va la investigación? ¿Cuál es la “acepción” o percepción actual sobre este tema en la ciencia?
Actualmente, una de las ideas que está tomando más auge y sobre la que se está investigando tiene que ver con la consideración de que la felicidad es un estado que puede ser alcanzado por todos, y que es posible crear una sociedad en la que la felicidad sea la norma. Esta perspectiva se basa en la idea de que la felicidad es un derecho fundamental y que es necesario trabajar para crear un mundo en el que todos podamos disfrutar y compartir la felicidad. ¿Suena utópico verdad? Pues estos utopistas argumentan que la felicidad no es solo un estado individual, sino también un estado social y colectivo. Según esta tendencia, la felicidad es posible cuando las personas viven en armonía con el medio ambiente, cuando tienen acceso a los recursos necesarios para una vida saludable y cuando se sienten conectadas con los demás. La verdad es que lo es, es utópico, pero a mí me parece mucho más real y factible que la mayor parte de cosas que se dicen en los libros de autoayuda y que millones de personas compran y leen.
- Y para finalizar, ¿Alguna reflexión o resumen final sobre la felicidad?
Pues yo daría 3 conclusiones a modo de claves para conseguir una sociedad feliz y que nos pueden servir para reflexionar en Navidad:
La primera tiene que ver con lo que yo llamo la Teoría de la tela de araña (que algún día te contaré con más detenimiento) pero que, en general, se trata deno focalizar nuestra felicidad en una sola cosa. Intentar disfrutar de muchas cosas y muy diversas porque si nos focalizamos en algo y esto se acaba… se nos acaba todo. Esto ocurre, por ejemplo, con las parejas. Hay personas que cuando encuentran pareja, se olvidan de sus amigos y se centran sólo en su pareja y claro si se acaba y tu pareja te deja… te quedas solo y te deprimes.
En segundo lugar, educar a nuestros pequeños en que la felicidad no está SOLO en las cosas. Aunque no hay nada malo en poseer cosas y en querer tener cosas, pero no podemos centrar nuestra felicidad solo en eso.
Y, finalmente, para ser feliz, es muy importante dar sentido a TODO lo que hacemos. No hagamos las cosas porque HAY QUE HACERLAS sino porque nos gusta lo que conseguimos haciendo las cosas. Nio se trata de ir al gimnasio y meditar, se trata de disfrutar y ser conscientes de todo lo que hacemos durante nuestro día a día.