Queridos amigos, la semana pasada compartía mi última reflexión en Onda Cero: “Ya no caben más tonterías”. Pues bien, hoy vengo con más, de esas que escuecen y levantan polémica entre quienes gritan mucho, pero no entre la mayoría de la población que observa atónita el poder de la ingeniería mediática para encumbrar a las Robin Hood de la ideología.
Breve cronología del conflicto: un presidente de la Federación Española de Fútbol polémico, grosero, maleducado y algunas podrán colgarle la medalla de machirulo. Un presidente con el chiringuito encendido en líos y excesos. Un presidente que se comporta como el rey del mambo y le mete un morreo a una jugadora para festejar el campeonato de fútbol femenino, con el pequeño detalle de haber olvidado que estaba sobre un escenario mundial y la inoportunidad de aquel acto que, parece más que claro, no fue demandado en ningún caso por la jugadora Jenni Hermoso. Y mucho más, claro… Pero es que me cansa el tema.
¿Quién puede justificar a Rubiales? Nadie. ¡Ni él mismo! Sin embargo, a las pocas horas fue disculpado por la propia jugadora en la Cadena COPE y, en el autobús de la concentración, Jenni Hermoso festejó aquel beso no consentido con las mismas risas e ilusión con las que celebraba el campeonato del mundo.
¿Qué pasó después? Pues eso: bombo y platillo y toda la ingeniería ideológica en marcha y, donde dije digo, digo Diego, y ahí tuvimos a la futbolista del momento denunciando a Luis Rubiales ante la Fiscalía por acoso sexual. ¡Acoso sexual, oiga! Que el asunto no es una tontería. Si no, que se lo digan a quienes son acosadas en el mundo. Esas mujeres se ríen poco. No lo denuncia por imbécil, por impresentable o, simplemente, porque le provocó unas cuantas risas según el vídeo al que pudimos tener acceso todos: lo denuncia en aras de su promoción mediática.
Algunos dirán que no y que simplemente mencionar el nombre de Jenni es como mentar a la Pasionaria o a una libertaria de los derechos sociales… Pero ahí la vamos a tener dando las campanadas en Noche Vieja… y en Televisión Española.
¿Qué quieren que les diga, amigos? A más de medio país le chirría todo esto. ¡Y no es que estemos a favor de Luis Rubiales, el reyezuelo que debería haber sido destronado mucho antes y por muchos otros excesos anteriores! No. Estamos a favor de la verdad, de poner a cada uno en su sitio y, por ello, imagino que durante las próximas Fallas Jenni y Luis estarán allí, imagino que no de la mano, pero sí preparados para ser llamas y ceniza, y ser olvidados cuanto antes como aquellos ninots que no son indultados.