Escrita con un paciente trabajo sobre el habla popular de la Ribera del Júcar, para dar a la ficción las dosis adecuadas de verosimilitud, y ambientada en la primera mitad del siglo XX, La fràgil memòria se estructura en los monólogos de dos mujeres, Llíber y Regina Barona, de distinto pensar y de distinta posición social.
Nos hablan de unos tiempos difíciles, con los tristes y crueles sucesos de la Guerra Civil y de la larga posguerra de la dictadura franquista, que se nos han querido ocultar o enmascarar a lo largo de los años. Dos testigos que quieren dejar constancia, y a veces también denunciar claramente, vertientes o aspectos de lo que viven o de lo que, por desgracia, les ha correspondido vivir.
Dos espejos que reflejan concomitancias y divergencias sobre el mismo contexto histórico; que de vez en cuando se cotejan en sus relatos por las tendencias políticas de las narradoras, las cuales asumen o están impregnadas de la ideología republicana o transgresora, en el caso de Llíber, la madre que espera su hijo, y la derechista o conservadora, en el caso de Regina Barona. Aun así, en aquello que expresan las dos afloran sentimientos de rectitud, de responsabilidad, de sentido solidario de la vida.