más de uno | opinión

Redes sociales, modas y mentiras

Por el profesor y escritor Javier Arias Artacho

ondacero.es

La Ribera | 03.06.2024 14:22

No es que Taylor Swift no lo valga. La chica canta bien y monta un buen espectáculo sobre en el escenario, pero ¿es lógica esta Taylor manía? ¿Es normal llegar a pagar 4000 euros por una reventa en el Santiago Bernabeu? ¿Y que las entradas de sus dos conciertos se agotasen en un suspiro? ¿Y que sus fans opten por pañales para poder aguantar sus conciertos? Algunos me dirán, pues como tantas otras cosas, Javier, que a unos les da por el fútbol, a otros por pagar mil euros por una botella de vino y quien invierte una fortuna por ir a ver con una linterna y por un ventanuco los restos del Titanic.

Las cosas no siempre valen lo que cuestan, sino lo que se quiere pagar por ellas. Pero hoy no quiero enfocarme en esto, sino en las hordas de las modas que le otorgan el valor a cualquier cosa. Las fuerzas de las redes sociales y los medios de comunicación pueden convertir a un libro mediocre en la novela del año, o a un buen artista o espectáculo en un fenómeno mundial, simplemente porque lo dictan las masas. El éxito no siempre obedece a un valor, sino a que sepas ponerte sobre la ola y dejarte arrastrar por los medios amigos, por lo políticamente correcto, por lo que todo el mundo quiere oír.

Nos movemos como borregos siguiendo el dictamen de quienes mueven los hilos. Somos carne de cañón en un negocio gigantesco: el de las modas o el del poder de turno. Sí, bwana, sí a todo, y muchos likes pensando que somos libres, porque ese es parte del negocio: convencer a los más jóvenes de que son libres porque visten, escuchan o compran de una determinada manera, aunque tengan la misma libertad que las ovejas de un rebaño.

Me vino todo esto a la cabeza con la locura por Taylor Swift. Se impone la masa, la moda o el bienqueda y todos a lo mismo. En esta sociedad mediática se está perdiendo el sentido de lo verdadero, de lo bueno, de lo loable por el de la apariencia, lo conveniente y la mentira. Así están creciendo nuestros jóvenes y no tan jóvenes, repitiendo fakes de libro como si fuera palabra de Dios, y mezclando lo cierto con lo incierto, y lo que realmente existió con lo que no existió.

En este nuevo mundo nos movemos ahora, amigos. Ya no importa que sea verdad, sino que se repita muchas veces. Es la técnica que aplican algunos líderes para mover a sus masas. El lodazal de la mentira, el fango del que hablan tanto algunos, esa cortina de humo que es la dinámica perfecta para continuar porque quienes te aman jamás se pararán a buscar la verdad, sino a repetir el sí, bwana, ese like a la totalidad, hagas lo que hagas, sea lo que sea… Ya me entienden, amigos.