La autoestima es un concepto que va mucho más allá de cómo nos vemos físicamente o de las opiniones que los demás puedan tener sobre nosotros. Se trata de la relación que establecemos con nosotros mismos, basada en el amor propio, la aceptación y el respeto hacia nuestra propia valía.
PROHIBIDO COMPARARSE
El verdadero desafío radica en evitar compararnos constantemente con los demás. Cuando nos comparamos, nos exponemos a sentirnos inferiores o superiores, lo que puede afectar negativamente nuestra autoestima. La clave está en reconocer nuestra unicidad y valorarnos por nuestras cualidades intrínsecas, en lugar de basarnos en lo superficial, en logros externos o posesiones materiales.
Tal y como nos cuentan Esther Antolí y Amparo Torralba, la autoestima no se reduce a lo que conseguimos o a lo que tenemos. Va mucho más allá de los éxitos o los fracasos. Se trata de cómo nos tratamos a nosotros mismos, cómo nos cuidamos y cómo nos valoramos como personas. Implica aprender a reconocer nuestras fortalezas y debilidades sin juzgarnos severamente, fomentando una actitud positiva y de aceptación hacia nosotros mismos.
Sabemos que es complicado, por eso, debemos empezar a querernos paso a paso.
Nuestra relación con la autoestima tiene un impacto significativo en nuestra calidad de vida. Una autoestima saludable nos brinda confianza, nos permite tomar decisiones acertadas y establecer límites saludables en nuestras relaciones. Además, nos impulsa a perseguir nuestros sueños y metas con determinación, sin dejar que las opiniones externas nos definan.
Cultivar una autoestima sólida requiere trabajo y autoreflexión constante. Es un proceso de crecimiento personal en el que debemos aprender a valorarnos y respetarnos a nosotros mismos.