Hasta que no comenzaron las travesías oceánicas, los barcos costeaban, navegaban relativamente cerca de la costa, cuando necesitaban agua, se acercaban a tierra y ‘hacían agua’ o se aprovisionaban de comida…
Pero a partir de 1492, cuando Colón inició la ruta de las Américas, se encontraron con un grave problema... navegaban millas y millas, sin tener una costa cerca… solos en el océano, y el agua, a los pocos días se corrompía…
Se utilizaron varios trucos, añadir gotas de vinagre al agua… o beber grandes cantidades de cerveza; o en la armada inglesa, se suministraba una cantidad racionada de brandy al día… también recurrían al agua de lluvia… cuando conseguían recogerla y conservarla.
Sin embargo, todo cambió cuando los españoles descubrieron Jamaica, en 1494, pero sobre todo después, cuando fue conquistada por los ingleses en 1655.
El cultivo principal de Jamaica era la caña de azúcar. Y de la caña de azúcar se obtenía el ron. Un brebaje alcohólico, barato y accesible, a la vez que dulce y muy deseado por los marineros.
Cuenta Peter de James, en Mitos y Leyendas del mar (2007), que en 1687 la armada inglesa sustituyó el brandy por ron sin rebajar como bebida en el mar. La ración diaria, cuenta este autor, era de medio litro de ron par los hombres y un cuarto de litro para los niños dos veces al día.
Esta costumbre se prolongó al menos 80 años, hasta que un almirante, Edward Vernon comandante en jefe de la flota del Caribe, expresó su preocupación por el estado de ebriedad de la flota, y por el daño que causaba a la moral y la salud de los marineros.
Para evitarlo, se rebajó el ron con agua. la ración diaria se obtenía mezclando un cuarto de ron por litro de agua. Los marineros protestaron mucho y llamaron a esta bebida Grog.
¡Y ojo!, porque la tradición de servir a los marinos ingleses una ración diaria de alcohol con su dieta, se prolongó hasta 1970.
Si el algún puerto de larga tradición marina encuentran un garito que se llama Grog, ya saben que el nombre procede de esta tradición.