Las mareas se producen cada seis horas. Cuatro veces al día. El sol también influye en las mareas. Las mareas más fuertes se producen en las fases de luna llena o luna nueva.
Cuando la Luna y el Sol ejercen su atracción en la misma dirección, las mareas resultan más altas que de ordinario y se denominan “mareas vivas” o “mareas de primavera”; en cambio, cuando se compensan la atracción de la luna y el sol, porque están situados perpendicularmente, flujo y reflujo resultan menos importantes. Se denominan “mareas muertas”.
Las mareas más impresionantes que yo he visto, se sitúan en la Bretaña Francesa.
Hay un lugar, que se llama Mont San Michel, que es como una isla o península, rodeada de mar.
A mi me recuerda a Peñíscola… quizá por su configuración. Pero es impresionante. La localidad está construida en torno a una abadía que nos podría recordar a la del Nombre de la Rosa, que describe
Umberto Eco.
Está en la desembocadura del río que divide las regiones de Normandía y Bretaña.
Allí las mareas pueden llegar a subir o bajar mas de 15 kilómetros a la velocidad de un hombre andando deprisa.
Cuando sube la marea, toda la zona edificada se queda rodeada por el mar. Cuando baja, es como una playa inmensa de barro blanco, con zonas que pueden ser muy peligrosas si no se conocen.
Como anécdota…
Hasta hace unos años, la abadía de Mont San Michel estaba conectada con tierra firme a través de una carretera. La gente podía ir en su coche y aparcar en el entorno más cercano a tierra, donde crecía la hierba y pastaban las ovejas. El parking estaba autorizado y era público, pero ojo.
Allí siempre había un cartel que avisaba: Este parking quedará sumergido poro las aguas a … y cada día cambiaba la hora.
Si no salías con tiempo, quedabas cubierto por la marea.
Ahora, y como protección del entorno, no se puede llegar tan lejos con el coche, pero hay transporte público que recorre esa carretera para poder acceder a la localidad. Es impresionante.
