Durante muchas semanas el Villareal ha contado con la coartada de la mala pretemporada realizada como principal motivo para su mala temporada. Un motivo posible para explicar parte de esta situación pero que, en parte, debería haber revertido gracias al pasado parón liguero. Y lo cierto es que, si se hizo, de poco sirvió ante el Alavés este pasado fin de semana. Donde no fue el aspecto físico el motivo para explicar el pésimo partido amarillo.
De la misma forma el actual técnico, Pacheta, se encontró desde su llegada con un apretado calendario que le imposibilitaba tener días suficientes para preparar los partidos e inculcar nuevos conceptos. La llegada de la competición europea hacia que los amarillos afrontasen un encuentro de cada tres días.
En ese sentido el aplazamiento del duelo europeo que deberían haber disputado mañana ante el Haifa, se une esta semana al hecho de no jugar hasta el próximo lunes su partido liguero en Granada. Tiempo, ahora sí, de sobra para volver a preparar un parido liguero como afirmaba Kiko Femenía: "Tenemos más tiempo para preparar el partido y para entrenar bien. Entrenar y descansar para afrontar este partido como una final, porque nos hace mucha falta ganar. Hay que recobrar la confianza y tirar para arriba"