El Villarreal llega al primer parón liguero tras su empate en Mestalla ante el Valencia (1-1) y encaramado a la zona alta de la tabla. Los resultados han acompañado a los de La Plana, incluso por encima de las sensaciones futbolísticas, en un equipo que ha demostrado por momentos una tremenda pegada ofensiva. De la misma forma ha quedado patente que el equipo entrenado por Marcelino tiene un amplio margen de mejora por delante.
En una campaña donde la generalidad del fútbol español coincide en opinar que las primeras conclusiones deberán extraerse una vez las plantillas estén definitivamente cerradas y con más tiempo para trabajar con las mismas, los azulejeros han sido capaces de cosechar una buena renta de puntos a la hora de colocarse bien en la tabla pese a que son un equipo por hacer.
Las muchas novedades en una plantilla con hasta 10 caras nuevas y la llegada de muchas de ellas a última hora del mercado, deja claro que el cuadro castellonense debe ir a más con el paso de las jornadas. De momento el inicio de temporada nada tiene que ver con el de la pasada campaña, que acabó lastrando la temporada amarilla.
Cabe recordar que a estas alturas el Villarreal sumaba la mitad de puntos (4), estaba en la zona baja de la tabla y, para más inri, destituía prematuramente a su técnico por falta de sintonía con su vestuario. Los de La Cerámica no fueron capaces de levantarse hasta bien entrada la temporada , y tanta llegó a ser la desventaja que ni una segunda vuelta "de Champions" les bastó para entrar en plazas europeas.
Deberes por hacer
En el apartado positivo los amarillos han demostrado un potencial ofensivo envidiable y alternativas para cambiar los partidos. El buen inicio de Ayoze , autor de dos goles, o la aportación de recién llegados como Barry o Pépé, ilusionan a la parroquia amarilla. Una dinámica que deberán corroborar tras la marcha de Danjuma. De la misma forma el inicio de temporada del portero Diego Conde cabe calificarlo de extraordinario.
Eso sí, el juego del conjunto castellonense ha estado falto de consistencia defensiva en las gran mayoría de partidos y no ha sido capaz de mantener su puerta a cero. Un mal que arrastra desde la pasada campaña si bien es cierto que ante el Valencia se vieron ciertos "brotes verdes" en cuanto a seguridad se refiere.
De la misma forma los vila-realenses han estado todavía lejos de manejar los partidos con balón, algo atribuible a las muchas novedades experimentadas en el plantel a lo largo de este verano. Con el paso de las semanas se espera que se vea un equipo más consistente y dominador de lo ha sido hasta le momento