No se les ve pero aparecen en las peores situaciones, dando la mano a los ancianos asustados en las residencias o desenterrando bajo la nieve masías aisladas de nuestro interior el pasado invierno en el temporal Gloria. No buscan la foto, son invisibles pero imprescindibles porque sin la UME (Unida Militar de Emergencias) no se hubiera llegado a desinfectar rápidamente ambulatorios, hospitales y centros de mayores.
Están en primera línea de batalla en un ejercicio profesional, pero con grandes dosis de generosidad porque aunque a veces no parezcan humanos lo son, tienen miedo al contagio, al peligro y a no volver a casa para ver la sonrisa de sus hijos.
A todos y cada uno de esos componentes de la UME, el jurado de los Premios Onda Cero Castellón ha considerado reconocerles con el Premio Onda Cero de los Valores Humanos que se entregará durante el mes de julio. Su trabajo es vocacional, pero no por ello exento de huella, las escenas vividas en el trabajo serán imborrables en sus memorias y aunque el tiempo haga costra en las heridas la cicatriz queda presente.