En el verano no todo es playa. Algunos visitantes prefieren un refugio del turismo de toalla y sombrilla. Morella es una opción que cuenta con patrimonio histórico, gastronomía y tradición textil.
El patrimonio histórico está supeditado a la presencia imponente del castillo de Morella que se alza sobre roca natural. La fortaleza ha pasado por manos de diferentes civilizaciones. Data del siglo III del Milenio antes de cristo y las transformaciones tecnológicas son por las que pasa el futuro de la construcción.
La tradición culinaria morellana tiene como mayor exponente las jornadas de la Trufa que se celebra de enero a marzo. Aún así se puede disfrutar de la trufa todo el año en algunos restaurantes como Cardenal Ram, La Fonda Moreno, Marqués de Cruïlles L'Escudella (Vilafranca), La Taverna del Fon y Daluan. También son una delicia los dulces morellanos.
La tradición que pasa de familia en familia es el legado de los telares textiles. Los antepasados de la localidad dels Ports trabajaron la lana, el hilo y hoy se siguen recuperando alguno de estos oficios. No es una puntada sin hilo que sean representativas las cortinas de ganchillo, bordados y estampados de colores y flores.