El Ayuntamiento de La Vall d'Uixó comprueba el vacío del nicho 46 tras una lápida con un nombre falso
Se trata del nicho 46 del cementerio en el que supuestamente, según la lápida, estaba enterrado Aitor Irueta Oteiza, una persona que no figura en el Instituto Nacional de Estadística (INE), y que se ha comprobado que está vacía.
El Ayuntamiento de la Vall d'Uixó (Castellón) ha comprobado este lunes la existencia en el cementerio municipal de un nicho vacío con el nombre de una persona al parecer inexistente, un hecho que achaca al anterior equipo de gobierno al que acusa de, por intereses electorales, saltarse el orden de enterramiento establecido y que terceras personas se beneficiaran de una mejor ubicación para sus muertos.
Se trata del nicho 46 del cementerio, en el que supuestamente, según la lápida, estaba enterrado Aitor Irueta Oteiza, una persona que no figura en el Instituto Nacional de Estadística (INE), y que al final, este lunes se ha comprobado que no descansa en esta tumba, que está vacía.
Así lo han ratificado tras la apertura del nicho Francesca Bartolomé, concejala de Urbanismo y Cementerios, y Jorge García, edil de Comercio, que atribuyen este hecho, que fue denunciado judicialmente y archivado en su día, a intereses electorales del anterior alcalde y actual diputado en el Congreso por el PP, Óscar Clavell, al que acusan de incumplir la ordenanza del cementerio que regula el orden de enterramiento y ordenar uno falso.
El objetivo es que terceras personas se beneficiaran de que sus fallecidos se quedaran en nichos a ras de suelo, según han concretado fuentes municipales. El equipo de gobierno, ante las sospechas que la situación le generaba, inició un expediente averiguatorio con la citación de enterradores, el departamento de Sanidad que tramita las defunciones y del exalcalde, --al que acusan de no haber "abierto la boca" para dar explicaciones--, tras el que concluyeron que el nicho estaba vacío.
Esto les llevó a denunciar a Fiscalía, que archivó por falta de documentación, y al juzgado, que consideró que las autorizaciones de enterramiento eran "sin lugar a dudas" nulas de pleno derecho por dictarse prescindiendo del procedimiento de adjudicación por orden correlativo.
No obstante, el juzgado entendió que no alcanzaban la gravedad exigida "al margen de la situación grotesca de la invención de un nombre falso de enterramiento en el nicho 46, para ocultar la irregularidad, entendiendo que el salto de un lugar de enterramiento a otro uno o dos puestos más abajo para comodidad de los familiares de un difunto puede considerarse una corruptela o irregularidad sancionable administrativa y políticamente, pero sin que alcance la calificación de arbitrariedad flagrante" con la lesión de un derecho que merezca intervención penal, según han señalado fuentes municipales.
Ahora, con la apertura de la lápida del falso muerto han querido "demostrar de manera física que lo que estábamos diciendo era de verdad", ha explicado García, quien ha añadido que hay constancia de que hay algún nicho más en estas mismas circunstancias y por los mismos motivos, el 106, aunque en este caso no hay lápida ni nombre inventado.