La cruz de la discordia ya no está en Ribalta. El traslado de este monumento, que cuenta con un presupuesto de 58.900 euros más IVA, dejará una nueva zona de jardín en el parque, declarado Bien de Interés Cultural.
Con esta obra, en cumplimiento de la Ley de la Memoria Histórica, el ayuntamiento de Castellón deja atrás 3 años de contiendas judiciales y los intentos de 3 empresas para llevar a cabo el traslado. Eso sí, no sin tensiones, vigilancia policial, insultos y amenazas al equipo de gobierno por parte de sus detractores y pero también aplausos de muchas familias que esperaban el momento.
Hoy el senador de Compromís, Carles Mulet, ha registrado un pregunta al gobierno en la que interpela a la subdelegada del gobierno en Castellón por no estar allí y pregunta porque la Policía Nacional no procedió a la identificación, a pesar de que se lo pidieron, de las personas que profirieron insultos y amenazas contra los políticos electos de Compromís y PSOE. También, pide Compromís en la pregunta, porque autorizó la concentración de grupos con consignas que atentan contra la Constitución.
Desde primera hora de la mañana, la cruz de los caídos luce en el entorno del barrio Rafalafena de la parroquia de Santo Tomás de Villanueva, lugar que fue elegido por el Obispado de la diócesis de Segorbe-Castellón para permanecer en adelante.