El sector gastronómico, agrario y turístico del entorno rural alega contra el macro parque energético proyectado en la provincia de Castelló, que se ubica en los municipios de Les Coves de Vinromà y Benlloch, y cuya línea eléctrica de transporte pasa por ocho municipios hasta llegar a Almassora, modificará notablemente el paisaje natural, la biodiversidad y el modelo socioeconómico.
Magda es un megaparque de casi 500 hectáreas ubicado en Les Coves de Vinromà y Benlloch, con 259.000 placas solares cuya producción de energía se transportará a través de un nuevo tramo de línea eléctrica de muy alta tensión (MAT) de 53 kilómetros hasta conectar con la subestación de Almassora. Este cableado se apoyará en 143 torres de altura que oscilan entre los 18 metros y un máximo de 48 metros. Más de 50 empresas agro - gastronómicas de las comarcas Alcalatén, Maestrat y La Plana Alta han firmado un manifiesto llevado hasta los ayuntamientos de sus respectivos pueblos para formalizar su oposición y frustración hacia el proyecto.
El plan Magda- MAT
Aduce a los objetivos de alcanzar un alto porcentaje de energías renovables, mejorar las competitividades socioeconómicas de las zonas rurales aisladas; las sociales con puestos de trabajo ocasionados por la construcción y las económicas como consecuencia de posibles inversores durante la explotación del parque. Ninguno de estos ha tenido en cuenta la opinión del sector que tanto está luchando por conseguir una estabilidad sostenible a través del sistema agroalimentario, gastronómico y turístico de calidad y que tanto promueven las instituciones como Diputación, ayuntamientos y Generalitat entre otros pactos territoriales.
Les Coves de Vinromà, Vilanova de Acolea, Torre d’En Domenec, La Vall d’Alba, Benlloc, Vilafamés, Sant Joan de Moró, Borriol, Castelló y finalmente, Almassora es el tramo que transportará 400kv en 143 torres. La inversión supera los 100 millones de euros tras la que se esconden empresas internacionales que buscan producir luz para venderla y enviarla a otras zonas.
Son más de 50 empresas las que han firmado, aunque se verán afectadas muchas más a nivel medioambiental y paisajístico y a la larga también económico, pues el entorno más que rural y natural será de placas y de dudoso valor turístico.
Con el manifiesto, instan a las instituciones a apostar por la salud y a alegar “disponemos de pocos días, ya que el miércoles 9 finaliza el plazo”.