En un mundo digital lleno de notificaciones y actualizaciones, la lucha entre el JOMO (Joy of Missing Out) y el FOMO (Fear of Missing Out) ha tomado protagonismo.
Mientras el FOMO lleva a las personas a sentir ansiedad y preocupación por no participar en eventos sociales o no seguir las tendencias, el JOMO emerge como una tendencia contracultural que celebra la alegría de desconectar y disfrutar del momento presente sin las distracciones de la vida digital.
El JOMO propone un enfoque consciente de la vida, alentando a las personas a apreciar el tiempo a solas, practicar el autocuidado y establecer límites digitales. Esta filosofía aboga por la tranquilidad y la serenidad, destacando la importancia de desconectar para recargar energías.
En contraste, el FOMO sigue siendo un fenómeno omnipresente, alimentado por las redes sociales y la constante comparación con las vidas aparentemente perfectas de los demás. La lucha entre estas dos fuerzas refleja la creciente conciencia sobre el impacto psicológico de la hiperconectividad y la importancia de equilibrar la participación social con el tiempo para uno mismo.
En este dilema moderno, la elección entre JOMO y FOMO se convierte en una cuestión de prioridades personales. Adriana Sanz, nos cuenta la suya en Más de Uno Castellón.