Se trata de una iniciativa dirigida al estudiantado gestionada por la universidad y para la que la Diputación ha consignado 41.000 euros en el presente ejercicio. De ella se han beneficiando en esta primera fase seis alumnos en los ayuntamientos de Atzeneta, Almedíjar, Benlloch, Caudiel, la Jana y la Todolella, y 10 estudiantes de magisterio que han desarrollado su periodo formativo en prácticas en distintos colegios agrupados de la provincia. La duración de estas prácticas ha sido de dos meses y medio, periodo durante el que las personas que ha prestado servicio en los ayuntamientos han recibido un fijo de 750 euros fijos ampliables en 1.000 euros más para gastos de desplazamientos y alojamiento. En el caso de los alumnos de magisterio la asignación mensual ha sido de 300 euros para desplazamiento o alojamiento.
Uno de los requisitos para acceder a estas becas es que los beneficiarios no estén empadronados en el pueblo en el que se realizan las prácticas.
De lo que se trata es de acercar y facilitar la síntesis entre demanda y oferta, para lo que se necesitan aspirantes con el perfil solicitado por los ayuntamientos o mancomunidades. Es una opción para el impulso de las carreras profesionales de estos alumnos desde el ámbito rural de interior mediante unas prácticas remuneradas dignamente, que hacen posible que los ayuntamientos puedan beneficiarse del talento juvenil que emana de la universidad.