En un mundo cada vez más interconectado, la inteligencia emocional emerge como una habilidad esencial para el bienestar y el éxito en todas las facetas de la vida.
La inteligencia emocional se refiere a la capacidad de reconocer, comprender y gestionar nuestras propias emociones, así como comprender y influir en las emociones de los demás.
Esta habilidad va más allá de los logros académicos y habilidades técnicas, ya que implica un conocimiento profundo de uno mismo y una habilidad para relacionarse efectivamente con los demás. Adriana Sanz nos simplifica el trabajo en tres preguntas: ¿Qué siento? ¿Qué quiero? ¿Qué necesito?