Si en sí, la segunda ciudad de la provincia de Castellón en volumen de habitantes no puede considerarse como una potencia para el turísmo, lo que sí que tiene Vila-real es la capacidad de ser una visita complementaria al resto de poblaciones de la comarca. Su basilica de San Pascual está considerada como un lugar de cita obligatoria para los seguidores de la ruta del santo, una alternativa que ha crecido en visitas en los últimos años.
Además Vila-real conserva entornos naturales únicos como su paraje natural en El Termet, lugar de piscina y de actividades recreativas como música o cine al aire libre, una oferta que se complementa perfectamente con un centro comercial potente y de calidad y tres mercados ambulantes especialmente interesantes para el público. Los martes y sábados se celebra el mercado tradicional en la Ciutat Esportiva Municipal y el jueves, en la plaza del ayuntamiento, el mercado agrícola de productos de proximidad, una oportunidad única para poder comprar verduras, frutas y hortalizas directamente a los productores de la zona.