Reclaman medidas para garantizar el futuro de los cultivos

Los agricultores del Camp d’Elx avisan: después de los cítricos va la Granada mollar

Comienzan a sufrir las consecuencias de la competencia "desleal" de productores a los que no se pide las exigencias establecidas para los países de la Unión Europea

ondacero.es

Elche |

Un agricultor recolecta Granada mollar en una plantación de Elche | Onda Cero Elche

Los agricultores ilicitanos comienzan a alertar de que la situación que se está viviendo en el sector citrícola valenciano no es ajena a otros cultivos, entre los que se encuentra el de la Granada mollar, que es cultivo estrella del Camp d’Elx.

Como lleva tiempo ocurriendo con las naranjas y los limones en el conjunto de la Comunitat Valenciana, la competencia “desleal”, como la califican los agricultores, de terceros países está haciendo mella en la producción de Granada mollar de Elche.

A los productores de esos países no se les reclaman las exigencias y controles que obliga la Unión Europea a los productores nacionales, de modo que pueden vender en las mismas zonas con precios mucho más baratos.

Los agricultores ilicitanos inciden en que esas zonas geográficas, en el caso de la Granada mollar, sobre todo Egipto, India o Turquía, están vendiendo en mercados como Francia al precio de coste de ese producto en España.

A lo largo del Camp d’Elx hay en torno a 2.000 hectáreas de cultivo de Granada mollar que producen unos 40 millones de kilos por temporada.

Prácticamente la mitad de esa superficie está en manos de la Cooperativa Cambayas, cuyo gerente es José María Martínez, ha destacado este martes en declaraciones a Onda Cero Elche que la situación no es de futuro sino que ya se está viviendo en el presente.

El cultivo de Granada mollar supone en Elche más de un millar de empleos, al tiempo que los agricultores reclaman medidas para garantizar el futuro de los cultivos.

Cítricos en Elche

Además, la crisis en el sector citrícola también afecta al Camp d’Elx donde se estima en más de 100 hectáreas los cultivos de naranjas y limones.

En el Camp d’Elx se ha apostado por recoger el fruto del árbol, si bien las ganancias han sido nulas, cubriéndose apenas los costes de producción.