"Este es el año hidrológico más adverso en muchas décadas"
Santiago Pascual Escolano, portavoz del Consell Agrari Local d'Elx
Antes de nada quiero agradecer a todos los miembros del Consejo Agrario Municipal por haber depositado vuestra confianza en mí para representaros ante el Pleno municipal.
Tan solo un gesto para mostrar nuestro dolor por los incendios, al parecer mal intencionados, que han azotado Galicia. Imágenes aterradoras que nos asustan, así como el dolor por las muertes ocurridas.
Queremos expresar cuáles son, a nuestro juicio, las debilidades y las fortalezas de nuestra agricultura local. Y expresar cuáles son nuestros logros y cuáles las áreas en las que, pensamos, deberíamos trabajar y mejorar.
Corren malos tiempos para la agricultura en general y para la agricultura ilicitana, en particular. Son muchas las áreas en las que hay mucho tajo que afrontar y muchas tareas para desarrollar.
La agricultura ilicitana es un motor económico muy importante, porque a la producción de las diferentes cosechas hay que sumar el empleo en recolección, transporte, manipulación y envasado, comercialización, exportación, publicidad y un largo etcétera de trabajos necesarios para que nuestra agricultura siga adelante.
Nos encontramos ante el otoño más seco, ante el verano más seco y caluroso, ante el año hidrológico más adverso, en muchas décadas. Ya no se puede hablar de ciclos, ya hay consenso en el cambio sufrido por el clima provocado por la actividad industrial en los países que no cumplen con las indicaciones internacionales y por los países emergentes que se creen con el mismo derecho... Pero lo sufrimos nosotros y sus consecuencias aún no han hecho nada más que empezar. Lejos de ser catastrófico, todos saben cuáles son los riesgos que amenazan a nuestra agricultura: periodos de sequía más largos y duros, cambios en las estaciones, o mejor, la posible desaparición de otoño y primavera, temperaturas más elevadas y lluvias torrenciales concentradas en periodos cortos.
Y por si fuera poco, ahora nos encontramos a las puertas de unas movilizaciones para exigir el agua que necesitamos y que nos pertenece. De repente nos encontramos sin recursos.
Tenemos que levantar la voz, todos juntos, para que el Tajo–Segura y el Júcar-Vinalopó hagan llegar los caudales necesarios y se puedan interconectar para que las plantas desaladoras trabajen a pleno rendimiento.
Y porque se puedan aprovechar bolsas de agua de deficiente calidad que se pueden convertir en aguas de riego, necesarias para dar seguridad a nuestros agricultores. Reclamar el agua de todas las procedencias y buscar la complicidad y ayuda de nuestra Diputación de Alicante y la del gobierno de la Generalitat Valenciana.
Existen innumerables lineas de investigacion promovidas por la Generalitat Valenciana, por las diferentes universidades y por entidades privadas, que deberían redundar en beneficio o en menor sacrificio para los agricultores y, sin embargo, esos resultados no llegan porque, pese a los órganos destinados al efecto, como las oficinas de transferencia tecnológica, resulta difícil coordinar la disponibilidad.
Cómo echamos de menos la extensión agraria en sus orígenes cuyos técnicos, pueblo a pueblo y explotación a explotación dedicaban toda su vida para que los agricultores pudieran mejorar su nivel de vida y su nivel de conocimientos.
Las nuevas tecnologías no llegan con la misma facilidad, o sencillamente no llegan a una gran parte de los agricultores, si bien es cierto que en muchas ocasiones es la avanzada edad lo que mas dificulta la permeabilidad de conocimientos y la aplicación de muchos elementos innovadores