El Elche despide el año este domingo ante el Olot, un equipo que hace cuatro años se peleaba con nuestro filial por ascender a Segunda División B. Solo cabe esperar la victoria para amainar la mala racha de resultados de las últimas jornadas y afrontar con mayores ilusiones el nuevo año que se presenta.
El domingo acudí al Rico Pérez para vivir el derbi en directo. Lo hice con algo de nervios. Un Hércules-Elche son palabras mayores para cualquier aficionado de los dos equipos. Hasta los que comenzaron a ausentarse cada fin de semana en el Martínez Valero con el descenso a Segunda División B estuvieron pendientes del resultado.
Desde el punto de vista del entrenador, el empate es lo mejor que pudo ocurrir. Para cualquiera de los dos técnicos una derrota ante el máximo rival hubiese conllevado una semana muy dura, con la presión de estar fuera de los puestos de playoff. Ambos técnicos han cogido a sus equipos con la temporada ya comenzada y eso es algo que estuvo presente en el terreno de juego. Alineaciones por perfilar, por definir sus estilos y que, probablemente, irán mejorando con el paso de las jornadas.
Y si hablo desde el punto de vista del aficionado tengo que destacar a Primi Férriz. Demostró lo que para él significaba este derbi. Los aficionados ilicitanos que se desplazaron a Alicante se identificaron con su forma de vivir el partido. Podremos discutir su rendimiento en el encuentro aunque a mi parecer fue de notable alto. Y estoy seguro que si este derbi hubiera sido de categoría infantil lo hubiese vivido igual, con la misma intensidad, dándole la importancia que merece. Y eso es realmente lo valorable.
Quizá se trate de dar más oportunidades, como la que tuvo otro joven, en su caso debutante en el once, como Ismael Benktib con rendimiento notable también. Ojalá más jugadores así en mi equipo.
Iván 'Pachu' Martínez