¿Qué me pasa, doctor?
La opinión del periodista David Marín sobre el Elche CF y todo lo que le rodea al conjunto franjiverde en este inicio de 2018
Año nuevo, mismo Elche. 2018 no ha traído el tan esperado cambio de imagen de un equipo que empieza a sembrar la preocupación ante la posibilidad ya no de quedarse sin opciones de pelear por la primera plaza, la del camino 'fácil' de retorno a Segunda, sino incluso de terminar la liga entre el segundo y el cuarto.
De momento, el Elche se mantiene en esa cuarta posición gracias al atasco que parece haber generado con su crisis, como si los que vienen por detrás quisieran respetar los galones del club ilicitano. Una victoria en los ocho últimos partidos no le ha sacado de playoff. Tras ganar al Ebro en la jornada número 12, los franjiverdes estaban a 6 puntos del líder y con 5 de ventaja con el quinto. Tras completarse el cambio de entrenador en la jornada 15, la diferencia con el primero era de 14 puntos y con el quinto de dos. Actualmente, el Mallorca está a 13 puntos y el Ontinyent tiene los mismos que el Elche.
¿Cuál es el problema del Elche? El principal es que no hay un problema sino varios. Salvo la portería no hay una línea (defensa, centro del campo y delantera) que no esté cuestionada a día de hoy. Eso en lo estrictamente deportivo. Un aparte merece el apartado mental, en el que los franjiverdes están dando la sensación de ser un grupo novel, inexperto y joven, cuando posiblemente sean de los más veteranos de la categoría.
La delantera del Elche ha pasado del cielo al infierno en un par de meses. Incluso Josico ha puesto a los puntas en el ojo del huracán por su sequía anotadora. Por cierto, Vicente Mir ya dejaba entrever que sus delanteros no eran tan potentes cuando empezó a quebrarse el rumbo del equipo y había reconocido la necesidad de firmar a un nueve en el mes de enero. El caso es que entre los cuatro arietes del Elche, que ya no es el máximo realizador del grupo, suman tres dianas en los últimos ocho duelos: dos de Benja y una de Sory Kaba. Nino no marca desde la jornada 12 y Lolo Plá desde la quinta, aunque vio puerta en la ida de la Copa contra el Atlético.
Al comparar la situación de los delanteros franjiverdes con la de hace un año, más sorpresas. Benja lleva 8 goles menos (13 con la Cultural en la jornada 21 del curso pasado y 5 ahora), Lolo Plá desciende cinco unidades (de 6 con el Toledo a uno) e incluso Nino baja su producción anotadora, de 7 a 5. Sólo Sory mejora, sobre todo porque la temporada pasada no empezó a jugar hasta mediada la liga, ya que estuvo lesionado durante la primera parte del curso. Los números son casi dramáticos y evidencian que hay un problema en la gente de ataque.
¿La escasez goleadora del Elche es culpa sólo de los delanteros? Evidentemente, no. ¿Son los principales culpables? Ahí ya hay debate. En mi opinión, no lo son. El equipo tiene un grave problema de generación de juego y su indolencia en zona ofensiva es muy preocupante. Cortita y al pie: apenas consigue generar ocasiones de gol. Especialmente llamativo es que esto ocurra en casa, donde el equipo debería ser capaz de aprovechar las dimensiones de un terreno de juego que invita al fútbol de ataque. Al Elche se le está atragantando el Martínez Valero. Y me atrevería a decir que más que los temidos campos de césped artificial.
Y si, como parece, la solución a ese problema de generación de juego no va a ser el fichaje de un centrocampista organizador, es hora de apostar por la adecuada. Me temo que por la cabeza de Josico pasa la idea de dar solidez al equipo con el doble pivote Jony-Manuel Sánchez, explotar más las bandas, para lo que haría falta un extremo zurdo, y posiblemente renunciar en algunos casos a uno de los dos delanteros en favor de un mediapunta o de un tercer medio, que podría ser el joven Benktib. Más dinamismo, más solidez, menos calidad. El objetivo debe ser tener el control de los partidos, bien sea a través de posesiones largas, algo que no está consiguiéndose; o bien sea con otro estilo más directo. Al Elche le han cogido la matrícula muchos entrenadores del grupo y una de las causas de esa insuficiente generación de juego es la falta de variantes tácticas desplegadas durante los partidos. Si no funciona una cosa hay que ser capaces de buscar otra. O sea, tener Plan A, Plan B, Plan C...
La falta de gol en las últimas fechas y el hecho de centrar las miradas en los delanteros quizás esté librando de un análisis detallado a la zona defensiva del Elche, que no está como para tirar cohetes. Los ilicitanos, que tampoco han encajado una cantidad de goles alarmante, no están ofreciendo sensación de solidez, pese a tener nombres de sobra que invitan a ello. Ese desconcierto que ofrece el equipo en ataque también lo da en defensa, aunque con Josico parece haber ganado algo de orden. Eso sí, algunas desconexiones o fallos puntuales acaban costando puntos, como el hecho de dar todo el tiempo del mundo a un rival para rematar desde la frontal del área, como ocurrió frente al Sabadell.
Como conclusión a todo esto, me atrevería a decir que el problema en ataque del Elche no es sólo de los delanteros y el problema en defensa no es sólo de los defensas. Y eso agrava la situación por una simple cuestión matemática: cambiar una pieza es más sencillo que cambiar varias. Resumirlo todo en una palabra va a resultar pretencioso por mi parte, pero si tuviera que hacer un diagnóstico sobre los males (futbolísticos) de este Elche lo haría con la siguiente: equilibrio. O, mejor dicho, falta de equilibrio, tanto táctico como mental. Si Josico y la plantilla dan con la receta para solucionar este problema, el Elche puede volver al buen camino abandonado hace ya bastante tiempo. Si no, el ascenso será una quimera y el playoff un objetivo complicado.