Sin acción no hay sociedad civil
Juan Antonio Marín analiza la repercusión en la ciudad de los Presupuestos Generales del Estado y la conclusión a la que llega es rotunda: Elche está fuera de las inversiones lo que hace peligrar el futuro del desarrollo económico y social
Nunca dejaremos de explorar y el fin de nuestra exploración será encontrar el punto de partida y conocer el lugar por primera vez. - J. S. Eliot.
Los Presupuestos Generales del Estado, al igual que los de la Generalitat Valenciana en lo que se refiere a Elche y la provincia de Alicante nos dejan un futuro muy despejado, que no es otro que nuestros representantes no hacen lo suficiente para con nuestra tierra.
Las reivindicaciones y necesidades en infraestructuras sobre todo ferroviarias patinan.
El Cercanías, que debería ser una prioridad con proyectos concretos de inversión y mejora, tienen un servicio y unas prestaciones vergonzosas, con trenes de gasoil, viejos, sin renovar, con un trayecto Alicante-Elche mas que mejorable, sin conexión con el AVE que además provocarán que seamos una isla. Además, necesitan de partidas concretas, determinantes y vitales que quisiéramos ver plasmadas en proyectos concretos en cada uno de los partidos que pretenden que les votemos en mayo.
Pero me temo que esto no va con nuestros representantes que deberían servir a la circunscripción que los ha elegido en lugar de a sus partidos. Para cambiar de verdad nuestro destino, los primeros que deben cambiar son ellos, saliendo del guion que marcan sus agrupaciones a nivel nacional o regional para poder volver a creer en una clase política que ha perdido la confianza de su pueblo. Ya se que suena a un sueño, o más bien una pesadilla, de la que me gustaría algún día despertar y encontrar otra realidad, pero es lo que tenemos.
Mientras soñamos con la utopía y el cambio de paradigma en la gestión de nuestra tierra, el escenario que nos queda seria pensar en qué o con quiénes podemos contar en realidad. Podría ser la sociedad civil, les puedo asegurar que lo intentamos en noviembre del año 2017 cuando algunos ilicitanos fuimos al Ministerio de Fomento, que dirigía por aquel entonces Iñigo de la Serna, para explicarle la situación en la que nos encontrábamos y la invisibilidad patológica que sufre Elche. Acudimos convencidos de que unidos por el bien común, podíamos lograr algo y la mejor manera era desplazarnos al lugar donde se toman las decisiones. ¿Por qué actuar? Porque quienes dirigíamos la plataforma Elche Piensa por aquel entonces analizábamos constantemente la situación de vivíamos, el olvido al que se sometía a nuestra tierra y actuábamos. El resultado: una semana después encontró respuesta, de la inversión prevista de 85 millones de euros para la conexión Alicante con el aeropuerto, se le sumaron 34 millones de euros para conectar Elche con la Alta Velocidad (Matola), que no estaba contemplada.
La realidad de hoy nos lleva hacia atrás, el nuevo gobierno paraliza la llegada del AVE a Murcia hasta que no esté terminado el soterramiento para 2020 o más allá y esto nos afecta porque retrasará la llegada a Elche. Además, anuncian 64 millones de euros sin concretar destino.
La fotografía arroja un futuro desolador porque Elche esta fuera de las inversiones y vuelven a no contar con nosotros. Las infraestructuras de transporte de mercancías y personas nos sacan del mapa, haciendo peligrar el desarrollo económico y social del futuro.
En la provincia quién más pierde los trenes es Elche y así será difícil que lleguen inversiones privadas o que se marchen otras como comienza a ocurrir con Tempe o Mustang, que la logística se desplaza a Valencia porque sí permite el transporte desde su puerto.
Elche está fuera del Corredor Mediterráneo, con Cercanías con dificultades para subsistir que más bien parecen de otro siglo, sin conexión con Europa, sin conexiones que permitan nuestra ansiada vertebración.
Es la hora de los valientes y que las ideas dejen paso a la acción. ¿Será esto posible?
Nunca dejemos de explorar y de preguntarnos como ciudadanos y como ciudad qué nos pasa y cómo podemos mejorar.
La idea debe dejar paso a la acción. Pensemos juntos para construir un futuro mejor.