El éxito de una ciudad deber ir ligado a un sueño social, ¿cuál es la discusión en la ciudad?, ¿cuál es el debate?, ¿con qué destacamos como ciudad?, me pregunto a menudo.
Quizás deberíamos comenzar por la creación de contenidos para mejorar la ciudad y sus servicios, apostando por smart cities, creación de empleo, atracción de talento, mejora de la calidad de vida y diseño de ciudad para como mínimo 2039.
Para ello, como siempre fue y ha sido, es preciso que nuestros dirigentes, los actuales y los futuros, piensen más allá de sus mandatos y escuchen el latido de la vida urbana, pero también en el campo y en las pedanías, sin olvidar poblaciones limítrofes, porque forman parte de nuestra realidad.
Todo esto nos lo planteamos a menudo en ‘Elche Piensa’, hace unos años, cuando un grupo de personas nos dimos cuenta de que hacia falta reactivar la ciudad, para que hubiese diversificación y con ello empleo de calidad, para retener y atraer talento, para levantar inversiones.
El empuje de Elche cuando era llamada a ser la capital de la provincia de Alicante, según la prensa de la época, se vio esfumada por la crisis económica a la que se le unió la política, que nos golpeó con fuerza y continua haciéndolo a tenor de los resultados.
Hace poco leía sobre un plan estratégico en otra ciudad que sí ha tenido éxito y cuyo extracto que hago mío. El texto decía así: “La estrategia de ciudad solo depende de tres factores que son tener una ciudad dispuesta a aceptar el reto; disponer de una visión de mejora transformable en un plan de acción; y contar con un grupo humano preparado y con ganas de liderar y encaminar la transformación necesaria”.
Lo podemos hacer con la fuerza que siempre nos ha caracterizado, con la fuerza de la identidad, de la que en Elche no andamos escasos.