El cambio

Un problema técnico con la plataforma por la que sigo los partidos no me permitió ver los dos primeros partidos de Pacheta en el banquillo del Elche CF. Y cuando me puse con el encuentro ante el Cornellà, como aficionado, me enganchó. Hacía tiempo que el equipo no me transmitía tanta seguridad de saber que sería cuestión de tiempo que cayeran los goles en la portería contraria.

El Elche de Pacheta es un equipo intenso tanto en su fase ofensiva como en la defensiva. Sobre todo en esta última, que es donde más venía sufriendo. El trabajo de los futbolistas tras pérdida ha mejorado mucho. Ahogó a los catalanes para recuperar el balón y las vigilancias defensivas fueron bastante buenas. Antes el equipo concedía ocasiones tras un pase fallido en campo rival. La sensación del sábado fue que el conjunto franjiverde no estaba dispuesto a regalar nada. Ahora, también, las transiciones defensivas son mucho más fiables. El grupo sufre menos cuando no tiene el balón. Además, me gustó que el Elche haya mejorado tanto a balón parado. En la primera parte casi cada córner fue una ocasión para los franjiverdes.

Este conjunto llama la atención y no me extraña que la afición se marchara contenta y aplaudiendo a sus jugadores. Habrá días que toque perder, pero que se pierda así. Ya no solo el resultado fue bueno, lo cual propicia más el elogio, sino porque se vio alegría en el juego. Un juego que buscaba la portería rival y que intentaba superar líneas con balón, ganar metros para atacar o, en caso de pérdida, presionar lo más cerca del área visitante. Parece que lo que propone Pacheta encaja con los jugadores y esa es una fórmula imprescindible para que la alineación rinda a un buen nivel. Los resultados en las últimas semanas han acompañado y el equipo, tras cinco meses, ha recuperado el segundo puesto en la clasificación. Después de todo lo que se ha visto y vivido desde que comenzó la competición… Vaya cambio, y qué bueno.