La difícil tarea de educar
Victoria Rodríguez, jurista, politóloga y madre, reflexiona sobre el papel de los padres en la sociedad del siglo XXI
Hoy me encuentro algo desanimada. Hoy la emoción desborda la razón y eso que yo que soy tan racional, tan fuerte, tan…
Hay veces que las emociones te superan y hasta los “hombres lloran”.
Soy una de esas tantas mujeres que trabajan fuera y dentro del hogar. Que lleva la mitad de su vida renunciando a muchas cosas, a favor de los tuyos. Pero llega un día en que los tuyos se transforman repentinamente en los “otros”. Cuando los hijos crecen ya no se acuerdan de tus noches en vela por su fiebre, de los ratos de tu vida entregados, de la falta de tiempo para ti, de tu generosidad a cambio de una sonrisa o un beso.
De un día para otro responden como si sufrieran “amnesia”, olvidan todo lo que hiciste y sigues haciendo por ellos cada día. De repente un día te dejan de “adorar” ·y cuando despiertan de su infancia ya lo discuten todo, critican todo lo que hasta hace unos días era “normal”. Esta carta se la dedico a todas las mujeres que luchan cada día con la educación de sus hijos y que se encuentran completamente solas. El sistema no te ayuda, la televisión desayuda, los educadores no tienen armas suficientes para formar. Es más fácil “pasar” que luchar, te origina menos disgustos, menos enfrentamientos, más paz.
Pero yo no me quiero rendir, debo ser una especie rara, que no me resigno con la supervivencia barata. Siempre me quedará la paz interior de que luché con todas mis fuerzas para sobrevivir dignamente en esta sociedad frágil, cobarde, cómoda que se adapta a lo fácil y no reivindica nada, que no tiene exigencias, que no llora, que sólo “pasa”.
Hoy no era un buen día para escribir…o tal vez si….