OPINIÓN | ONDA DEPORTIVA ELCHE

A Dios rezando y con el mazo dando

El periodista David Marín ofrece su opinión acerca de la llegada del central colombiano Neyder Lozano a la plantilla del Elche CF

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David Marín, periodista. | Onda Cero Elche

Voy a empezar con una confesión. Cuando el Elche CF anunció, el último día de plazo, el fichaje de un central colombiano del San Sebastián de los Reyes, pensé que iba a ser un pufo de campeonato. Ya le tenía preparado un sitio a Neyder Lozano en ese altar de ilustres franjiverdes como Antuña, Iroha, Derlis Soto, Rudman, Douglas Freitas, Rotundo o Stevanovic. Disculpen si alguno se ha atragantado al leer la lista.

Han bastado tres partidos para que ya haya hecho penitencia, así que no hace falta que ninguno me acribille por Twitter. Diría que Neyder ha causado una de las mejores primeras impresiones de un fichaje del Elche en los últimos tiempos, sin olvidar obviamente la categoría actual en la que milita el club y las del pasado reciente.

Un central con buena planta, que transmite seguridad y que no duda ni a la hora de ir al choque ni a la de meter pierna para cortar el balón. El balance entre faltas cometidas y robos, hasta la fecha, creo que es muy positivo para el colombiano. El Elche ha encontrado en Neyder lo que buscaba en Golobart y que el catalán, fuera por el motivo que fuera, apenas mostró con cuentagotas. La pareja que forma con Gonzalo Verdú es bastante interesante, aunque en Ontinyent no tendrán continuidad debido a la sanción del jugador cartagenero.

Colombia siempre me ha traído recuerdos llamativos, futbolísticamente hablando. Los primeros, Higuita y Valderrama, casi nada. Aquel Real Valladolid, en el que luego militaría Harold Lozano (una roca antes de La Roca) y que llamaba la atención por tener un portero loco y un mediocampista con pelos de loco que no se alteraba ni tocándole, literalmente, los huevos. Luego llegaría el Mundial 94 y la tragedia del lateral Escobar. Aristizábal y su paso aciago por el Valencia, el 'Tino' Asprilla, los hermanos Córdoba... hasta llegar a la generación actual con James Rodríguez y Falcao como estandartes. Neyder transmite ese aire de futbolista colombiano de los años 90, duro pero noble.

Al escucharle y leerle, Dios está muy presente en la vida de Neyder. Un servidor no llegó a nada en el fútbol, pero jugó mucho con y contra personas religiosas. Y eran los que más repartían, créanme. Primero atizaban y luego se confesaban. Esa impresión me transmite el nuevo central franjiverde y a ese tipo de jugador lo quiero siempre en mi equipo. Nunca he sido excesivamente practicante, pero puedo decir con orgullo que tengo muchos amigos que sí. Y me siento bien al saber que me tienen en sus plegarias. Siempre es mejor tener a Dios de tu lado. Y en el Elche, más.