OPINIÓN | El maestro infiltrado

¿Dónde matriculo a mis hijos?

José Francisco Michelli y Santiago Soriano reflexionan desde su experiencia en la docencia y la formacion en la misma de los factores que los padres deben de valorar a la hora de elegir el colegio para sus hijos de 3 años

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El periodista José Francisco Michelli -a la izquierda- y el docente Santiago Soriano
El periodista José Francisco Michelli -a la izquierda- y el docente Santiago Soriano | Onda Cero Elche

Elegir, reflexionar, decidir. Varias parejas nos han preguntado por los aspectos que deberían tener en cuenta a la hora de buscarle un centro a sus peques de tres años, durante el proceso de matriculación que irá del 17 al 24 de mayo en Elche. “Hay cosas que tenemos muy claras”, nos dijeron. “Pero necesitamos más información sobre los aspectos pedagógicos, ¿quedamos para un café?”. Ahora compartimos ese café a través de este artículo.

Evidencias. El primer punto es cómo se organiza el centro elegido para garantizar una educación de máximos al alumnado, cómo gestiona los recursos humanos y materiales para que obtengan los mejores resultados. Para saberlo, viene bien preguntar si realizan apoyos inclusivos o desdobles heterogéneos, ambas medidas garantizan una disminución de ratio en las aulas para trabajar las asignaturas instrumentales como matemáticas o lengua.

Un café para leer. También es importante informarse si se realizan tertulias dialógicas literarias, una medida que permite trabajar el hábito lector, la lectura compresiva, la expresión oral, la escucha activa, las estrategias argumentativas y el respeto por la opinión de los demás desde los tres años. La frecuencia con la que se realicen, mínimo cada 15 días entre los meses que van de octubre a mayo, define su impacto.

Otro café para aprender. Los grupos interactivos conjugan elementos clave para mejorar el aprendizaje tanto del alumnado que sabe como del alumnado que no sabe. Se trabajan asignaturas instrumentales como lengua y matemáticas, los niños resuelven actividades compartiendo el conocimiento de forma solidaria y cuentan con la guía de un voluntario, generalmente un familiar, que orienta las explicaciones que se dan entre los iguales.

Café con las familias. El segundo aspecto tiene que ver con la forma en que participan los padres, madres y/o tutores en el centro. Cuando las familias participan en la toma de decisiones, se forman a través de cursos o tertulias, o bien participan en actividades de aprendizaje de sus hijos, y participan del proceso de evaluación, existen altas probabilidades de éxito académico. Los colegios exitosos y radicalmente democráticos abren sus puertas a las familias.

Un café para convivir. Todos los centros educativos deberían ser espacios sanos, seguros y libres de todo tipo de violencia. Para ello, es necesario contar con políticas de prevención que se caractericen por estar basadas en evidencias y vinculadas al aprendizaje, relacionadas con la vida de las aulas. Muchos colegios están tomando medidas para garantizar el artículo 19 de la Convención Universal de los Derechos del Niño a vivir una vida libre de violencia.

Cafés con el profesorado. La actualización permanente de los docentes, permite mejorar la calidad de la enseñanza y las políticas educativas de los centros. Ahora bien, no todo vale. La formación debería implicar el tomar medidas que tengan impacto sobre la vida de los colegios.

La diversidad de los cafés. España como Estado y Elche como ciudad, tienen la ventaja de contar con una población socioculturalmente diversa. Un colegio del siglo XXI es capaz de garantizar la inclusión de quienes pertenecen a minorías étnicas y culturales, a las personas migradas, a las personas con diversidad funcional y a quienes expresan una diversidad afectivo sexual. Conocer cómo se les incluye y se les garantiza ser iguales desde sus diferencias, es clave.

El último sorbo. Este artículo no pretende ser una guía cerrada y unilateral sobre los aspectos pedagógicos que deben tener en cuenta las familias, a la hora de elegir el centro de sus hijos e hijas. Tan solo busca generar reflexión sobre puntos que nos parecen fundamentales para conseguir que nuestras escuelas respondan a las necesidades del siglo XXI, porque las familias también son claves para lograr la transformación de las comunidades educativas